El mestizaje tendría que ser ya un tema del que no se hablase más, porque hoy existen otros a través de los cuales se puede pensar en México. Es una tradición racista en el ámbito de las identidades y, consecuentemente, se sigue usando como 'caballito de batalla'.
Así se expresó este día Johanna Lozoya, quien habló sobre su libro 'Las manos indígenas de la raza española', y añadió que ese 'caballito de batalla' se sigue utilizando en el México contemporáneo dentro de un perfil historiográfico idéntico, desde hace 70 años como una forma identitaria única.
'Es decir, es una forma de identidad que no ha tenido mayor cambio desde los años 40, pese a que las identidades cambian constantemente; sin embargo, aquí hablo de un discurso ultranacionalista que a nivel popular se utiliza sin la menor reflexión y es llevado a discursos bastante xenofóbicos', dijo Lozoya.
La entrevistada explicó luego que se trata de un problema que no está en los archivos históricos, sino que se vive cotidianamente en las calles, 'y como recurso en la polémica política se utiliza el discurso de la identidad'. De ahí su interés de visualizar algo fundamental: 'Las identidades no existen', aseguró.
Abonó a su postulado que las identidades son construcciones e invenciones, lo que la historiografía social maneja desde hace 30 años como 'invención de nación', 'invención de identidad' y de otras formas más. 'Es decir, se trata de esa mexicanidad que se defiende a toda costa como un asunto mestizo', subrayó.
Se defiende, advirtió, dentro de ese 'cascarón de cultura hispánico porque es una invención'. La autora sostuvo que 'Se pueden inventar otras identidades', y que el tema ha tenido, más de una vez, una veta muy xenofóbica, 'porque se construyó sobre la devaluación del indio y de la devaluación del español'.
La historiadora informó que lleva algunos años investigando la invención de identidades, en los ámbitos nacionalista, cultural y político. 'El caso mexicano tiene una recurrente mención de lo que llaman ´mestizaje´, identidad que los discursos asumen como una esencia y no como una construcción', apuntó.
Tras esas indagatorias, le parece que el mestizaje es un elemento interesante para estudiar, sobre todo en un mundo como el contemporáneo mexicano, que cada vez está visualizando más un México multicultural, no una nación bipolar del mundo indígena y el hispano, comentó más adelante la autora del volumen.
Comentó que hacia finales del siglo XX un número considerable de estudios históricos mantenían la convicción de que dentro del imaginario arquitectónico moderno mexicano, es fundamentalmente la representación de una identidad natural mestiza, tema que reconoció que le apasiona.
En ese sentido, el libro reflexiona sobre la invención de nacionalismos durante el siglo pasado, a través de la arquitectura. A inicios de este siglo un número considerable de historias de la arquitectura nacional estima que las identidades no son negociables, cuando el caso es justo el contrario, según dijo finalmente.