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Es un héroe

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

El pasado martes un oficial de la Policía Preventiva de Torreón perdió la vida en el cumplimiento de su trabajo. Cerca de la 1:45 de la tarde se reportó un robo de un auto Mini Cooper color rojo, sucedido en la colonia El Tajito en Torreón. Al llamado, se aprestó una unidad de la Dirección de Seguridad Pública y lograron avistar al hasta ese momento asaltante, propiciándose la persecución.

La ruta que tomó el ladrón fue el periférico Raúl López Sánchez con rumbo a la ciudad de Gómez Palacio. Apenas cruzando el vado del río Nazas, el delincuente detuvo su marcha en una tienda Oxxo, sito en Lerdo de Tejada y el propio Periférico y hasta allá continuaron los uniformados su tarea. La patrulla se estacionó justo detrás del robado Mini Cooper y cuando apenas se acababan de apear de la unidad, el asaltante abrió fuego contra los policías, asestando una de sus balas en la cabeza de uno de los guardianes del orden, privándolo de su existencia de manera instantánea.

El enfrentamiento continuó luego de la muerte del gendarme, entre el ya asesino y el compañero del caído. En el intercambio de fuego un proyectil alcanzó también la testa del caco fulminándolo en el sitio.

Pasados algunos instantes hicieron su aparición al lugar elementos de distintas corporaciones de los tres órdenes de gobierno y elementos del Ejército Mexicano para resguardar el área de los hechos y hacer la labor que se requiere en este tipo de casos. Tendidos estaban los cuerpos del agente de tan sólo 24 años y de su repudiable asesino. Se logró recolectar 14 casquillos percutidos calibre 2.23, seis de 45 milímetros y 14 de 9 milímetros, residuos todos de la refriega.

Esta es un historia en principio trágica, por la muerte en cumplimento de su deber del policía Raúl - así se dio a conocer públicamente para reservar un poco de privacidad a sus familiares- pero es también heroica. El caído es un ejemplo de que no todos los miembros de los cuerpos policiacos en La Laguna están corrompidos. Es una desgracia que para hacerlo notar, Raúl haya sacrificado su vida, pero al final, me parece que al menos se debe recapacitar sobre la valentía de quien tuvo que morir en manos de un criminal miserable.

El día de ayer, una foto aparecida en las páginas de este periódico eran desgarradoras. El cuerpo del oficial de apenas 24 años recibía en los patios de su corporación el homenaje que merecía su dignísima persona. Al fondo de la imagen, sentados aparecen mujeres con niños pequeños en brazos, probablemente su viuda y sus pequeños hijos, que han quedado en la orfandad por la muerte su ilustre padre.

Esta tragedia se puede convertir para los laguneros en una llamada de atención de continua necesidad de cumplir primero con las reglas y leyes más próximas para tener una sana convivencia, para luego pasar al ámbito estatal y nacional.

Estos últimos días podía observar cómo los periodistas de proyección nacional por televisión se rasgaban las vestiduras porque el secretario de Seguridad Pública de la Federación, Genaro García Luna, había recibido una condecoración en el extranjero con mérito a su trabajo. A la vez que el poeta Javier Sicilia, que obviamente tiene todo el derecho de exigir justicia por el asesinato de su hijo -que ya la tiene en parte, pues muchos de quienes participaron en el homicidio de su vástago están ya detenidos- ahora impulsa una presión para que las instituciones mejoren su actuar frente a la delincuencia que se vive en casi todo el país.

Y mientas ello ocurre, creo que el oficial Raúl y su sacrificio, merece mucho más atención, al menos entre nosotros. Él es un héroe.

Eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx

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