Un gobernador del oeste de Irak escapó el lunes con vida al cuarto intento de asesinato en su contra cuando menos en un año, aunque el atentado explosivo cometido por un atacante suicida dejó seis heridos, dijeron las autoridades.
En diciembre de 2009, en otro atentado explosivo en su contra, el gobernador de la provincia de Anbar, Qasim al-Fahadawi, perdió un brazo y le fue reconstruida una pierna con cirugía. En ese hecho, un atacante suicida se hizo volar en la oficina del gobernador en Ramadi, la capital de Anbar.
Al-Fahadawi es un empresario que tiene vínculos amistosos con el ejército de Estados Unidos en Anbar.
El atentado del lunes también ocurrió en Ramadi, unos 115 kilómetros (70 millas) al oeste de Bagdad, y lo efectuó un atacante suicida que estrelló su vehículo cargado de explosivos contra la caravana de 12 vehículos del funcionario.
Al-Fahadawi no fue alcanzado por la explosión, pero tres de sus escoltas y tres transeúntes resultaron heridos, dijo un funcionario de la Policía. Un funcionario de salud también confirmó la cifra de víctimas.
La provincia de Anbar, un baluarte musulmán suní que estuvo plagado de rebeldes de al Qaida, fue lugar de surgimiento del grupo armado progubernamental Sahwa, o Hijos de Irak, que contribuyó a la debilitación de la insurgencia en Irak.
Ramadi ha sido desde hace tiempo escenario de atentados de al Qaida contra funcionarios civiles y de seguridad. Los atentados también han estado dirigidos contra las oficinas del gobierno ubicadas en el centro de la ciudad.
En diciembre de 2010, en dos días de violencia, 26 personas murieron a causa de los atentados explosivos que perpetraron atacantes suicidas afuera de las oficinas de gobierno.
La insurgencia perpetra con frecuencia atentados contra autoridades iraquíes en un intento por desestabilizar al gobierno y castigar a quienes colaboran con Estados Unidos.
De una u otra manera, los hechos de violencia han registrado una drástica disminución en Ramadi y otras partes de la provincia de Anbar, después de que la guerra alcanzara su mayor intensidad de 2004 a 2007. Las acciones de la insurgencia también han disminuido en el resto del país.