Comedia. El género favorito para escribir de Sabina Bermar, quien además es conductora del programa de entrevistas Shalalá, es la comedia, pero no aquella irreal, sino la que es posible.
Mucho se ha hablado de la primera novela de Sabina Berman: que si ha sido traducida a varios idiomas; o que ha sido reconocida en Europa. Pero ella no se lo toma en serio. Frente a su taza de café, fuma pero no fuma, y no es juego de palabras: entre sus dedos sostiene un inhalador de esos con forma de cigarro, "es para respirar mejor"; pero como buena fumadora lo guarda y le prende la punta a uno de verdad... sólo entonces inicia la charla.
Su libro La Mujer Que Buceó Dentro del Corazón del Mundo Sabina Berman (Planeta, 2011) ya la trae vuelta loca; como es costumbre en la también dramaturga (DF, 21/ags/1956), sube y baja de los aviones como si cambiara de cigarro.
Viste impecable traje azul y blusa blanca. "Esta es una historia", dice, de la cual -ha descrito Jorge Volpi- ha construido uno de los personajes más entrañables de la literatura...
Y con esa narración, la ha llevado -como el avión que la llevará al país teutón, un día después de su extenuante encuentro con los medios- a territorios desconocidos.
"Espero que la novela transporte al lector como me transformó a mí. A repensar cosas de este misterio de estar en el planeta".
"Y soluciones nuevas para estar en el planeta; no podemos estar de cuerpo entero aquí; cómo podemos pensar sin que el pensamiento se vuelva nuestro tirano".
Sorbo este líquido achapopotado, amargo como la hiel de un animal muerto, y comento que yo soy un tirano conmigo mismo. Y ella comparte lo que mueve su pluma.
"Yo escribo desde el placer. Yo no me siento a escribir si no me siento muy bien. Es una disciplina autoelegida. Y si el escribir no me lleva a un lugar de euforia, es otra decisión personal. No pretendo que ningún escritor lo haga, sólo esa es mi forma".
En el viaje al tuétano de la autora que igual ha escrito para cine llegamos al punto. Da una calada intensa. "Hace muchos años escribí comedia; esto es una comedia -toca con sus dedos el libro-; pero la comedia es un género realista; no hay nada en este libro que no sea posible; pero es un realismo del siglo XXI".
"Y lo digo con confianza porque las cosas que narra una parte de ella, sólo son posibles en el siglo XXI. Un mundo donde tomas un avión y amaneces en otro continente; donde puedes hablar por teléfono con alguien que está del otro lado del mundo, y puedes mantener una relación personal, con ese alguien, y se puede tener una organización terrorista y tiene una organización mínima, dentro de Internet".
Muchas de las escenas, suceden debajo o sobre la superficie del mar. "A través de escribir sobre la naturaleza, descubrí que lo que llamamos poesía, son pequeñas historias que terminan un acontecimiento no humano". Y cuando parece que estamos en la profundidad del océano, ya no de su tuétano, estallan palomitas de maíz de su boca al dar un ejemplo de lo que acaba de decir. "Saltó la rana... chapolotea... jajaja, es una idiotez".
Breves momentos después de subir al cielo de la risa, juntos, suelta: "No voy a decir el nombre del autor, pero es internacionalmente conocido, contemporáneo que dice: 'Las cosas existen fuera de sus nombres...', utaaa, qué descubrimiento".
Otra más. "Si un árbol cae y nadie lo escucha... ¿ha caído? Qué idiotez; de ahí viene la comedia. Yo me reí mucho escribiendo esto. Y la comedia deriva de que hay una especie psicótica, llamada humanos que se hacen estas preguntas, y hacen estas afirmaciones sobre evidentes. 'Pienso, por lo tanto existo'. Esa es una tontería, la verdad es exactamente lo inverso. Es una comedia el libro".
"Me instalé en un lugar fuera de la psicología humana para escribir la novela; como si estuviera registrándolo en lenguaje humano, pero por una psique sin psicología, que es Karen...".
Dos cigarros han muerto y el líquido negruzco deja rastros de petróleo en la taza, pero lo que no muere es su buen humor. Y como si la tuviera enfrente describe a Karen, protagonista de "La mujer que...." "Karen no se hace estas preguntas, ni se pregunta de dónde vengo, a dónde voy. Y sabe muy bien que si toma un avión a París, va a llegar a París... jajajaja".
SABINA BERMAN
Escritora
