Con "ilusión y mucha fe", cientos de miles de jóvenes peregrinos católicos llegados de casi todo el mundo inundan hoy el centro de Madrid para dar la bienvenida al papa Benedicto XVI en su primera jornada en la capital española.
Las calles aledañas a la Puerta de Alcalá y la fuente de la diosa Cibeles, dos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, amanecieron cortadas al tráfico y transitadas desde primera hora por los numerosos grupos de fieles que esperaban la llegada del Santo Padre en un ambiente festivo.
Desde el parque de El Retiro, a escasos metros del lugar donde Benedicto XVI se reunirá hoy por primera vez con los jóvenes, peregrinos y curiosos contemplaban la pantalla gigante desde la que el Papa dará la bienvenida a los asistentes a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
"Estamos deseando ver al Papa, sentirlo cerca y vivir esta experiencia con su fe", indicó a Efe Ana Patricia, una joven colombiana que se protegía del fuerte sol de la mañana bajo un paraguas con los colores de la bandera de su país.
Su compatriota Juan Camilo, que ha podido viajar a Madrid gracias a la solidaridad de un grupo de empresarios colombianos, esperaba también con gran ilusión el encuentro con Benedicto XVI.
"Queremos alimentarnos de todo lo que va a decir el Papa respecto a la juventud y transmitir en nuestro país que nosotros también somos Iglesia", dijo.
Los cánticos religiosos que no se han dejado de oír por todos los rincones de Madrid durante los días previos a la llegada de Benedicto XVI, sonaron hoy con más fuerza cuando se tuvo la certeza de que el pontífice había pisado ya suelo español.
El tono festivo de estas jornadas ha llevado a los jóvenes seguidores del Papa a versionar conocidos temas musicales y adaptarlos al motivo de su visita.
Es el caso de la famosa "Macarena" que un grupo de chicas cantaba y bailaba en mitad de la calle, animando a los transeúntes a que se unieran.
"No nos mires, únete", exclamaban unas, mientras otras coreaban el nombre del Papa.
Nada más aterrizar en Madrid, Benedicto XVI pudo sentir el cariño de los jóvenes de todo el mundo que le esperan en la capital española desde hace dos días.
Los primeros transmitirle su alegría fueron los dos mil privilegiados que acudieron a recibirle al aeropuerto de Barajas, y que aplaudieron vivamente cada uno de sus saludos y gestos.
Desde allí, el pontífice realizó su primer recorrido por la capital española a bordo del "papamóvil", camino de la Nunciatura Apostólica, donde se alojará durante su estancia, en medio de vítores y jaleado por miles de personas.
Cientos de peregrinos y ciudadanos españoles se unieron para darle la bienvenida con música, banderas y pancartas, globos, confeti y grandes serpentinas blancas y amarillas, los colores vaticanos.
Agrupaciones folclóricas coparon las plazas a lo largo del trayecto para amenizarlo con bailes típicos de Perú, la República Dominicana o Colombia, países cuyos nombres ostentan las calles o plazas del barrio de Hispanoamérica, uno de los que atravesó el vehículo papal.
"Bienvenido a España, tierra de María", "De Madrid al cielo" o "Bienvenido Santo Padre" eran algunas de las decenas de pancartas que decoraban los puentes, calles y plazas, donde se agolpaban los fieles.
Después de un largo viaje y de dos días de espera, los jóvenes peregrinos se reunirán hoy por primera vez con Benedicto XVI en la Plaza de Cibeles.
Durante los próximos cuatro días celebrarán con él un Vía Crucis muy especial, orarán durante toda una noche en vigilia y participarán en la gran eucaristía que el papa oficiará antes de regresar a Roma el próximo domingo.
