A bordo de dos aviones Boeing 727 arribaron a la Base Aérea Militar número tres en Torreón 250 soldados el pasado viernes con el objetivo de abatir la inseguridad que se vive en la Comarca Lagunera.
El contingente de soldados se suma a los 100 agentes de la Policía Federal que llegaron desde el jueves. La llegada de más fuerzas federales a la región se da pocos días después de la entrevista que sostuvo con empresarios y autoridades locales el secretario de Gobernación, Francisco Blake.
Además se nombró al comandante de la XI Región Militar, Mario Marco Antonio González Barreda, coordinador regional de seguridad y mando único de las fuerzas de los tres niveles de gobierno en la Comarca Lagunera.
Tanto la llegada de refuerzos como el nombramiento de González Barreda como mando único, han generado comentarios positivos en la ciudadanía que ve en estas acciones una respuesta a sus demandas para vivir en una región tranquila.
Sin embargo, es necesario el preguntarnos ¿por qué las autoridades se tardaron cuatro años para nombrar a un mando único cuando era evidente la falta de coordinación entre las policías de La Laguna de Coahuila y Durango?
¿Por qué fue necesario que muriera un conocido empresario ganadero para que las autoridades federales se dieran cuenta que hace mucho tiempo que la delincuencia rebasó a las autoridades locales?
La llegada de refuerzos federales aviva la esperanza de recuperar la paz y la tranquilidad en la Comarca Lagunera. Sin embargo las autoridades de Coahuila y Durango, tanto estatales como municipales, deben estar conscientes que las fuerzas federales estarán en la región por un corto tiempo, de ahí la urgencia de renovar y modernizar las corporaciones policiacas locales.
Coahuila y Durango, como el resto los estados, están obligados a tener policías confiables para prevenir el delito y dejar así de ser autoridades reactivas que sólo buscan solucionar los problemas cuando la presión social y mediática ya no se puede controlar.