La Carrera 5 y 10-K San Isidro, se convirtió en la primera competencia en pagar impuestos por usar espacios públicos del Municipio, a la cual se le condicionó un pago por adelantado de 8,350 pesos para autorizarse.
Antes de iniciar la carrera fue colocada una manta al frente de los atletas, en la cual se manifiestan en contra que las carreras sean sujetas a impuestos por parte del municipio de Torreón, a iniciativa del tesorero Pablo Chávez Rossique y de acuerdo a los afectados los conceptos son: cinco por ciento sobre inscripciones, vialidad, limpieza, servicios públicos y parques y jardines.
Entre los atletas y organizadores, la decisión de aplicar gravámenes a estas competencias, cayó como "balde de agua fría", asegurando que tendrá repercusiones ya que habrá quienes dejen de organizarlas al no alcanzar con su presupuesto a cubrir los gastos de organización, premiación y logística.