Los estrógenos, hormonas sexuales femeninas, favorecen la producción de quimiocinas implicados en el desarrollo del cáncer pulmonar en mujeres.
Los estrógenos, hormonas sexuales femeninas, favorecen la producción de quimiocinas implicados en el desarrollo del cáncer pulmonar en mujeres.
Ello significa que las mujeres tienen un factor extra que vuelve más difícil el tratamiento y la respuesta, subrayó Vianey Rodríguez Lara, maestra en Ciencias, quien realiza un proyecto de investigación en el Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Las quimiocinas son moléculas que normalmente ayudan a las células del sistema inmune a migrar a sitios donde hay una infección, para que puedan llevar a cabo su "trabajo de limpieza".
Sin embargo, si las pertenecientes a un tumor expresan esas moléculas las utilizan para trasladarse a donde hay más quimiocinas.
De esta manera, es favorecida la metástasis.
Aún se conoce poco del mecanismo mediante el que las hormonas sexuales femeninas participan en el proceso.
"No se ha reportado que los estrógenos por sí solos ocasionen ese tipo de neoplasia; constituyen un factor de riesgo importante, pero se requieren otros elementos, como algunas alteraciones genéticas", dijo Rodríguez Lara, quien busca obtener su doctorado en Ciencias Biológicas con este trabajo.
Teresa Fortoul, quien asesora la investigación, explicó que el ambiente donde se desarrolla un cáncer puede ser modulado por los estrógenos, y aquí entran en juego las quimiocinas, moléculas que modifican el "nido" donde las células enfermas pueden crecer.
"Es fundamental conocer de qué modo participan los estrógenos, para saber si es necesario inhibirlos como parte del tratamiento contra ese padecimiento y, también, para ver si la terapia de reemplazo hormonal podría favorecer el curso del proceso neoplásico en los pulmones", indicó Rodríguez.
Hasta ahora, las investigadoras han encontrado que las hormonas femeninas favorecen la expresión de las quimiocinas en el microambiente del tumor, lo que facilita que las células neoplásicas proliferen, migren a otros sitios y hagan metástasis.
"Actualmente hombres y mujeres reciben el mismo tratamiento, pero en el futuro se buscaría planear uno diferente para ellas", dijo Fortoul.