El abuso en el consumo de bebidas con contenido etílico es una añeja práctica arraigada en nuestra cultura desde hace muchos años, sin embargo, son las fiestas de fin de año en donde este fenómeno social se presenta con más incidencia.
Con el pretexto de los festejos, las reuniones, la convivencia y hasta el clima, son momentos tradicionales en donde esta actividad cobra auge, y aunque es una conducta meramente temporal, el riesgo de tener algún daño a la salud siempre estará presente.
Autoridades del Sector Salud, de acuerdo a los resultados de la semana epidemiológica número 47, en el apartado de las intoxicaciones agudas por ingesta de alcohol son los adultos en edad productiva, de 25 a 44 años de edad, quienes han acudido al menos en una ocasión a recibir atención médica por esta causa, seguido por los de 20 y 24 años; población que registra un mayor número de visitas al médico.
Aparte del deterioro físico, cuando se consume alcohol en exceso también está presente otro factor como: exponerse a conatos de riñas, dificultades de socialización, escarnio, estado de inconciencia, resaca posterior y otros malestares que no viene al caso padecerlos casi en forma deliberada, informaron las autoridades de Salud.