Los rostros. El pintor mexicano Rufino Tamayo (en la imagen) es uno de los integrantes del movimiento de la Ruptura, y uno de los rostros de la exposición que inaugurará el Museo Arocena 'Double Exposure'.
Hace más de medio siglo que un grupo de artistas visuales mexicanos iniciaron un camino a la modernidad en la plástica. Un movimiento conocido como la Ruptura y en el que se encuentran los nombres de grandes maestros mexicanos del arte, a los que el Museo Arocena recordará en doble exposición.
"Double exposure. Doble exposición", es una muestra fotográfica contemporánea presentada por el Museo Arocena en colaboración con la Colección FEMSA, en su sala de exposiciones temporales de Banamex, a partir del próximo jueves 4 de agosto a las 7:00 de la noche.
Una muestra que permitirá a los laguneros ver algunas de las principales características de un movimiento artístico que terminó con tradición pictórica, en la que durante varias décadas se privilegió las imágenes relacionadas con el triunfo de la Revolución Mexicana.
Rostros de la ruptura plantea un tema eterno para el arte, la idea del retrato como un reflejo del alma. En la muestra el espectador podrá percibir la presencia implícita del retratado, como del que captura la imagen con la lente de su cámara.
Como es tradicional el Arocena prepara una serie de actividades educativas entorno a la exposición que podrá ser visitada por el público en general a partir del próximo viernes 5 de agosto en los horarios del museo, martes a domingo de 9:00 de la mañana a 6:00 de la tarde.
Durante la inauguración el museo ofrecerá a los asistentes servicio gratuito de Valet Parking.
Protagonistas del arte
Los nombres de artistas como Manuel Felguérez, Fernando García Ponce, José Luis Cuevas, Pedro Coronel, Günther Gerzo, Carlos Mérida, Gabriel Ramírez, Mathias Goeritz, Alberto Gironella, Vicente Rojo, Juan Soriano y Francisco Toledo, entre otros, se inscriben en la historia del arte mexicano como los portadores de una bandera que se conoció como "la Ruptura", a través de la que se sepultó en los años 50 una tradición pictórica.
Aunque registrado debidamente en la historia del arte mexicano, cabe señalar que el movimiento de la Ruptura, no fue ni organizado ni definido explícitamente, ya que una de sus características era la naturalidad con la que éste surgía, no tuvo un manifiesto ni liderazgo, y sus miembros no siempre contaron con comunicación entre sí.
