LA GRAN BATALLA "El bien y el mal"
(11a. Parte)
...Continuación
Eran como abrazados por esas serpientes de muchas cabezas y se reían todos como si nada. Yo sentía mi corazón y empecé a decir perdónanos, perdónanos, perdónanos Señor somos muy pecadores, el Santo Ángel me dijo, calla hijo, calla que te van a hablar, póstrate, póstrate y sentí que él se postró y yo caí de bruces sin fuerzas en Cruz y sentí una luz que se acerco y me cubrió, sentí algo indescriptible y una voz poderosa me dijo: hijo, hijo, hijo, lo que has visto es mi Iglesia, así está mi Iglesia, ¿Quién me ama? ¿Quién me ama? ¿Quién me ama? ¿Tú me amas? Yo sólo decía desde el fondo de mi alma: perdóname Señor, perdóname, perdón, perdón misericordia. De nuevo me dijo:
Mira a mi Iglesia ora y repara, ora y carga la Cruz. Te bendigo. Ama a mi Madre y sufre y repara con ella. Te bendigo. Mantente en la Verdad de mi corazón Eucarístico y Mariano, las fuerzas del infierno no prevalecerán contra ella. Te bendigo. El juicio se acerca, el castigo misericordioso es inminente, Ora en María. Te bendigo.
Visión dada por Dios, Santo Sacrificio de la Eucaristía después de la Consagración en la Santa Misa. Sentí la mano de Dios sobre mí, una luz me cubrió y caí boca abajo, cuando caía vi la Santa Iglesia representada en el Vaticano, era blanca, hermosa, grande, inmensa, en el centro tenía a los doce Apóstoles del Señor y los cubría el manto de la Santísima Virgen María pero habían muchos seres negros que caminaban presurosamente por la Iglesia y no se veían nada bien y al lado de ellos vi muchos eclesiásticos obispos, sacerdotes religiosos y religiosas y andaban con esos seres dentro de la Iglesia y vivían con ellos como algo normal, la Virgen los miraba y lloraba con mucho dolor y lo mismo los Apóstoles en el centro miraban con dolor y oraban guiados por la Santa Madre de Dios, la Iglesia seguía resplandeciendo y yo no sabía por qué si estaban tantos demonios aun dentro de ella eran miles de millones incontables que estaban con los eclesiásticos y yo miraba asustado y no sabía por qué aún la luz seguía tan brillante, sólo habían pocos eclesiásticos postrados en oración a los cuales los demonios no los podían tocar y también algunos fieles postrados resplandecían mucho en medio de todos. Cuando vi debajo de la Iglesia unas manos grandes doradas hermosas que sostenían la Iglesia, de ella salía una Cruz esplendorosa y de ambos la luz que a la Santa Iglesia iluminaba, y una voz me dijo: es Dios, es Dios, es Dios, Él sostiene su obra, es el Padre con sus manos Santas, el Hijo con su Cruz poderosa y el Espíritu Santo con su luz esplendorosa. Y de pronto sentí venir sobre la Iglesia una sombra inmensa, oscura, tenebrosa, y yo asustado buscaba dónde esconderme pero no pude, me recosté sobre una base de la Iglesia iluminada y esa sombra furiosa se vino sobre mí, y era el demonio, lo vi, lo vi, me asusté tanto, temblaba todo mi ser pero me apoyaba en la columna de la Iglesia y sentí los rayos esplendorosos de la Iglesia que me cubrieron y el demonio se acercó hasta muy cerca de mi cara y me gritó: "te voy a matar, te voy a matar, te voy a matar" e intentaba con sus garras hacerme daño, y gritaba fuerte: "la destruiré, como sea acabaré con la Iglesia, la destruiré con mi poder" pero no podía hacerle daño yo me cubría el rostro pero el demonio no podía tocarme ni dañar la Iglesia, el demonio miró tras de mí y yo seguí su mirada y grito muy duro: "te voy a destruir, te voy a destruir, haré lo que sea para destruir a la Iglesia" estaba mirando a la Iglesia y dentro de ella había una pequeña comunidad era muy pequeñita parecía insignificante, en toda la Iglesia estaban cubiertos por una lucecita azul y ellos no se inmutaban estaban postrados en oración y nada los perturbaba y seguían así con mucho amor a Dios y el demonio gritaba mas fuerte: "te voy a matar, los voy a destruir, acabaré con la Iglesia y me dio miedo, mucho miedo y decía groserías horrendas y yo invoque a mamita María pero el demonio no me tocaba, cuando de pronto sentí delante de mí y de la Iglesia una luz grandísima que venía como un rayo y se puso en medio entre el demonio y la Santa Iglesia, era San Miguel Arcángel, sacó su espada delante del demonio y su escudo cubrió toda la Santa Iglesia y plantado delante del demonio con rostro poderoso y enérgico dijo: ¿Quién como Dios? ¿Quién como Dios? ¿Quién como Dios? Las fuerzas del infierno no la derrotarán y el demonio cayó su voz infernal y se esfumó como aturdido y desolado dejando un olor fétido y gritando con gemidos inenarrables muy fuertes. Y San Miguel quedó allí plantado con poderosa presencia y yo miré otra vez a la Santa Iglesia y una voz me dijo: vigilad y orad por la Santa Iglesia velad y orad porque el demonio ha infiltrado su infernal ejército para hacerle daño ya lo viste, ya lo viste, ya lo viste, su ejército infiltrado, orad y vigilad como María en el cenáculo con los Apóstoles, orad y vigilad. Vigilad y orad porque no sabéis ni el día ni la hora. Son los tiempos, son los tiempos, son los tiempos, el fin se acerca y nadie está preparado. Vigilad, los tiempos se terminan y Satán ha desencadenado con furia su poder para hacer daño a la Iglesia Santa y ha infiltrado maldad en la Iglesia haciéndola pasar por Verdad. Vigilad y orad, los tiempos del Apocalipsis están aquí el que tenga oídos que oiga. Convertid los corazones y amad a la Iglesia en la Verdad. Dios está cerca. Visión dada por Dios después de la Santa Consagración, de la Santa Misa. De pronto me encontré en una Iglesia grande con columnas doradas resplandeciente de luz, estaba yo parado con los vestiduras Santas del Sacerdocio eran doradas, blancas y rojas, signos del Padre (blanco), de Hijo (rojo), del Espíritu Santo (dorado). La Iglesia estaba vacía yo miraba para todas partes la hermosura de la luz de la Iglesia que no era artificial sino venida del Cielo, todo estaba en silencio, un silencio muy especial, muy Celeste, cuando de pronto al lado mío se apareció un Santo Ángel grande y resplandeciente no le podía mirar el rostro por su resplandor se le veían sus alas hermosas que desplegaban un brillo sobrenatural y me dijo: "Sacerdote del Señor, toma y lee, toma y lee, toma y lee" y me entregó un pergamino dorado, yo tomé en mis manos el pergamino y cuando lo desenrollé empezaron a salir palabras grandes de él y el Ángel me dijo: "lee en voz alta, lee lo que se te manda leer desde el Cielo y volví a mirar el pergamino y decía: "Vigilad y orad preparad el camino del Señor, está cerca el Señor de los Señores", le dije al Ángel Santo ¿y qué pasará? y el Santo Ángel me dijo: "Mira y lee, mira y lee, mira y lee". Continuará...
Decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives", "La familia que reza unida, permanece unida"... Taller del dolor, crecimiento y grupos de matrimonios en Centro Saulo (Vida y Fe), si lo necesita, no lo piense, acuda y encuentre paz. Iniciativa laguna un proyecto de Valor y de Valores de los laguneros y para los laguneros y el Mundo!!! Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".