LA GRAN BATALLA "El bien y el mal"
(17. Parte)
...Continuación
Una sanación, una liberación, siempre indica hacia algo más grande, a la actuación del Espíritu Santo, al reino de Dios. Este pecado de pedirle a Dios un regalo material como los apóstoles lo han cometido, por ejemplo: la multiplicación de los panes y peces, hay una segunda situación, donde falta la comida y los apóstoles se quejan. Y Jesús les dice -ojo, a los fariseos- "Ustedes me buscan, porque comieron de estos panes y se llenaron. Por el contrario busquen al reino de Dios, el verdadero Pan bajado del cielo, el verdadero Jesucristo". Entonces también un milagro como la comida, también llena la panza. Pero si aquí no damos el brinco y buscamos gracias a esta señal, al reino de Dios. Nos quedamos al mismo nivel de los escribas y fariseos. Los cuales sólo buscaban su propio beneficio material.
Si también los apóstoles cayeron en esta trampa, puedo aguantar que todas las personas que vienen para pedir una bendición, un exorcismo, lo puedo aguantar. Tenemos que mirar con ojos de misericordia a todo mundo, y recordar siempre que la verdadera salvación viene del conocimiento de Jesucristo, porque Él es la verdad y lo que nos libera es Jesucristo. Cuando hacemos un exorcismo tenemos que predicar y hacer conocer el reino. Lo predicamos con palabras, con la misericordia, con la catequesis, con la paciencia, con la liberación, pero tenemos que decir: "vete, pero no vuelvas a pecar".
Unos dicen: "Dios está lleno de misericordia, tu síguele pecando" puede que les cause risa, pero es una verdad cotidiana que se dice. Un alto jerarca me ha prohibido hablar de la confesión frecuente con los fieles, ¿y por qué motivo? Él dice, nosotros somos la misericordia. La misericordia entendida así; haz lo que quieras, peca, no te va a pasar nada. Esto es una mentira, es un error teológico que se llama "Herejía". Y ¿qué es una herejía?, una verdad que se desvía del verdadero camino, del verdadero objetivo.
Entonces, como exorcista hemos visto conversiones hermosas que se han dado, hasta alcanzar la caridad perfecta. "Una mujer joven, que tenía éxito económico y comercial, fue involucrada y poseída en un rito satánico. Su culpa no fue el rito que otros hicieron con ella, sino el de haber vivido en pecado. Cuando se dio cuenta que estaba viviendo totalmente fuera de la ley de Dios, en la Iglesia tomo la decisión de decir no a ciertos pecados. Inmediatamente se manifestó la posesión, no antes, después. La pregunta fue, ¿Qué es eso? ¿Se convirtió? ¿Cree en Dios? ¿Por qué está poseída? Simplemente se trata de la manifestación del espíritu impuro que ya estaba presente por su propio pecado y aquel cometido por aquéllos que la embrujaron. El espíritu entra, pero toma posesión en el pecado personal de esta persona. Cuando ella renuncia al pecado, el demonio se encuentra como dislocado de la estancia principal de esta persona. Ya no está dentro de su alma, porque la persona ha renunciado al pecado, entonces maltrata a esta persona porque se ha decidido seguir a Jesús, y empieza a torturarla corporalmente. Pero cuando esta persona estaba en pecado y el espíritu reinaba en su alma, no tenía ningún interés en manifestarse. Esta persona empezó a vivir una vida sacramental, pero con posesiones fuertes. Y cada quince días exorcismos, por años sufrió mucho, pero ofrecía este sufrimiento por la conversión de los pecadores y también por los sacerdotes.
En esto consiste la caridad perfecta, después de una vida disoluta, dedicada al placer, al dinero, encuentra a Jesús en su vida y aparecen los ataques y los sufrimientos, pero todo esto lo ofrece al Señor Jesús para la conversión. Ha hecho un camino perfecto de conversión. Cuantos cristianos que no están poseídos viven verdaderamente la verdadera delicia, es decir, de aguantar los sufrimientos y lo que viven cotidianamente. El haber caminado, el haber tomado la decisión de soportar, de aguantar estos sufrimientos, ha dado un fruto hermoso. Nos damos cuenta entonces, que cuando la mayoría de las personas cuando vienen a ver a un exorcista, no se dan cuenta del camino que está trazado para ellos, es decir la conversión. El verdadero camino, no es el de la liberación, sino el de la conversión. Continuará...
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"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".