Las FARC asesinaron a cinco miembros de una familia afrodescendiente en el suroeste de Colombia, mientras que en otro incidente una niña murió y otras tres personas resultaron heridas durante enfrentamientos entre la policía y campesinos que protestaban por la erradicación de cultivos de coca.
Éstas son las últimas víctimas del conflicto armado que vive Colombia y que se desarrolla fundamentalmente en el suroeste, donde ocurrieron los hechos.
La no gubernamental Comisión Intereclesial de Justicia y Paz denunció hoy la masacre de los cinco familiares, todos hombres con edades comprendidas entre 24 y 58 años, en la región del Bajo Naya, ubicada entre los departamentos de Cauca y Valle del Cauca.
Según la fuente, el pasado sábado las víctimas, que eran miembros del consejo comunitario, "fueron llevadas por milicianos del frente 30 de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) a las afueras de la comunidad".
Los pobladores "confirmaron el múltiple crimen" y dijeron que los cuerpos sin vida fueron dejados en una playa, agregó la ONG en un comunicado.
Según la comisión, en esa región, además, se producen sistemáticas "violaciones de derechos humanos e infracciones al derecho humanitario" por parte de las Fuerzas Armadas, sobre todo desde la instalación de un campamento militar "en predios colectivos y sin consentimiento de sus habitantes".
Y en el vecino departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador, una niña murió y tres personas más resultaron heridas, entre ellas otro menor, durante enfrentamientos entre policías y campesinos que se oponen a la erradicación forzada de cultivos de coca.
El secretario departamental de Gobierno de Nariño, Fabio Trujillo, confirmó a Efe que los disturbios se desataron el martes en la aldea de Santa Cruz, población altamente afectada por cultivos ilícitos.
La víctima mortal es una niña de 3 años cuyo deceso fue atribuido por los líderes de la protesta a una asfixia causada por los gases lacrimógenos utilizados por la policía, según el funcionario.
Pero, agregó, hay otra versión que indica que la menor era trasladada muy enferma desde su aldea hacia el caserío de Santa Cruz, donde llegó sin vida al puesto de salud.
La agitación comenzó hace quince días con el ingreso en la localidad de un grupo de erradicación manual de hoja de coca, acompañado por tropas militares, pero se acentuó el lunes con la llegada a la zona de 80 policías del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
El secretario de Gobierno denunció la presión que ejercen en la zona, por un lado, las FARC y, por otro, Los Rastrojos, brazo armado de origen paramilitar y al servicio de narcotraficantes.
Asimismo informó que en las montañas de la región se presentan combates por separado del Ejército con las FARC y con Los Rastrojos: "la situación está complicada", advirtió.
El suroeste de Colombia es una de las zonas más afectadas por el conflicto armado interno y donde los distintos grupos ilegales se disputan las rutas de salida de la droga hacia el Pacífico.
