Con la llegada de 2011 la Cámara de Diputados inaugura una etapa en la cual las actividades de los cabilderos estarán bajo control de la Mesa Directiva y sujetas al escrutinio público.
El nuevo reglamento de la Cámara, que entró en vigor el primer día de este año, establece que los cabilderos de empresas y de organizaciones civiles deberán estar inscritos ante la Mesa Directiva, que tendrá la facultad de aceptar o rechazar la solicitud. Al registrarse, deberán exponer las áreas de interés en las que prefieren desarrollar sus gestiones.
Los cabilderos representan intereses de empresas privadas o grupos civiles que mantienen contacto con legisladores a cambio de incidir en un proyecto o reformas a la legislación.
El reglamento menciona que tendrán prohibido dar dinero o beneficios en especie a cambio de proteger sus intereses en la preparación de una ley.
En 2010 un número indefinido de despachos y de profesionales tuvieron acceso al salón de sesiones. También actuaron en comisiones, donde fueron escuchados en la fase de estudio de temas legislativos.
El cabildero tendrá un gafete que le permitirá el acceso al Palacio Legislativo y deberá portarlo durante su estancia allí. En comisiones, deberá entregar constancia documental de sus gestiones, que irán a un Archivo de Cabildeo y serán publicadas en Internet.