La semana pasada tuve el honor de ser invitado a dar una conferencia del Filósofo, por mi amigo el Ing. Armando Reyna Carrera y el Dr. José Guadalupe Cervantes León, Vicepresidente y Presidente del Club Rotario Reynosa. Organismo que siempre está en el amoroso servicio al prójimo; celebraban con el Instituto de Estudios de Educación Superior, un extraordinario evento llamado "Búsqueda y Encuentro" dirigido a alumnos y padres de familia.
En la visión espiritual del filósofo, les conté sobre el argentino Tito Rodríguez, experto en buceo, quien en sus estudios afirma: "Pocos grupos de animales marinos están tan estrechamente ligados entre sí, como los delfines. Ellos viven en manadas con una gran cohesión donde, al parecer, la vida social representa una necesidad imperiosa.
Quien haya estado en el agua junto a un grupo de delfines salvajes, habrá notado que siempre se están tocando y rozando, como si necesitaran sentir el contacto cercano de sus congéneres. Los delfines nos enseñan una gran lección. Necesitamos estar cerca de otros para tenderles la mano. No vivamos más aislados. Dios nos hizo para estar cerca y para vivir plenamente en grupo. Comencemos por la Familia."1
No me extraña esa actitud de los delfines, porque son animales sabios que viven acorde a su naturaleza. En una investigación realizada por las universidades de Wisconsin y Virginia, descubrieron que las personas que viven bajo intenso estrés, angustiadas, "al tomar una mano [...al sentir el contacto de otra persona] les dio un alivio inmediato.
El toque, les hizo sentirse más confortablemente. El Dr. James A. Coan dice: 'El efecto de este simple gesto de apoyo, es que el cerebro y el cuerpo no tienen que trabajar para responder a una amenaza. Esto es un profundo tranquilizante.'"
Me permito parafrasear a la prestigiada Dra. Elisabeth Kübler-Ross quien señala en su libro "La Rueda de la Vida", que en su infancia, cuando enfermó la aislaron en el hospital, así como estaba, quería que la tocaran, -sentir el contacto de alguien- pero como se mordía los labios hasta sangrar, la doctora ordenó que le amarraran sus brazos y aislada como estaba, las enfermeras no la palpaban, entonces ella se tocaba con sus piernas.
La Biblia dice en Lucas 6:19 que "Toda la gente procuraba tocar a [...Cristo] porque poder salía de él y sanaba a todos" "y todos los que le tocaban quedaban sanos" Marcos 6:56.
La próxima vez que usted querido lector se sienta angustiado, en soledad, estresado, deprimido, atrévase a tocar a alguien, a saludar de mano, a palmar un hombro amigo; ambos se retroalimentaran con la maravillosa energía de amor que transmiten al contacto, sin saber por qué, superará sus quebrantos y dolores, porque en el toque de las manos... hay sanidad del amor.
Al tocar, retransmites tu energía, si está baja, se eleva; si está alta, se nivela, porque el toque tiene la magia de elevar tu autoestima, ahuyentar el miedo, acompañar tu soledad y aliviar la tensión generada por el estrés, al gratificar tu vida te produce un estado excepcional de bienestar físico, espiritual y emocional, indispensables para tu armónico desarrollo diario.
Tocar respetuosa y cariñosamente a otro ser, es un suministro inesperado de la energía del afecto, que genera en ti paz interior y un sentido de abundancia, porque al llenar del poder del amor tus espacios vacíos, tiene la magia de renovar tus expectativas de vida y dar un tono saludable a tu estado emotivo.
Hoy, decídete a dejar atrás los viejos conflictos, y reconciliándote con el pasado, date permiso de tocar con veneración y afecto a los seres de tu vida... ¡te llenarás de una energía indescriptible!
A propósito de tocar, el Pomponio pregunta al filósofo:
- ¿Agüelito que es tocar y hacer el amor?
El viejo campesino de allá 'mesmo' le mira a los ojos y le dice:
- Mira m'ijito, es: MMS a los 20; MMS a los 40; MMS a los 60 y MMS a los 80.
- ¿Y qué es MMS agüelito?
- A los 20 es: Mañana, Mediodía y Siempre; a los 40, Martes, Miércoles y Sábado; a los 60, Marzo, Mayo y Septiembre; ya a los 80, ¡Mis Mejores Sueños!
FILÓSOFO DE GÜÉMEZ