México necesita de una mujer
Estamos en la etapa final del sexenio de Felipe Calderón, y como consecuencia, los aspirantes a ocupar la silla de Felipe, hacen saber al gran elector sobre sus intenciones de ser los mejores y de contar con las fórmulas mágicas para llevar a cabo tan honorable y distinguida labor. “Me he preparado mucho”, dice por allí uno, “Los logros de mi gobierno hablarán por mí”, dice otro, lo que no estoy totalmente seguro si esto convenza a los ciudadanos, porque son el símbolo exacto de actitudes machistas, y hasta cierto punto retrógradas.
Por eso yo digo que el ideal de México para la Presidencia de la Republica, debe de ser una mujer. Soy un convencido de que las actitudes femeninas son siempre en pro de un mejoramiento común, un desarrollo subsidiario de su comunidad, y sobre todo su desempeño nunca va a ser como la de un hombre, en donde el marcar territorio (sin alusión a nadie), mostrar fortaleza o más virilidad, han marcado la política en nuestro país, lo que nos tiene en la actualidad en una especie de marasmo, en la que una mujer, creo, sabrá sacar adelante.
Una mujer por ejemplo nunca dudaría en continuar fortaleciendo la seguridad de nuestras familias, nunca permitiría que hubiera una familia con carencias como las que tienen muchas familias mexicanas en este momento, nunca permitiría que sus conciudadanos tuvieran miedo de enfrentar la vida con valentía y entereza. En este momento muchos hogares de nuestro México tienen como pilar a una mujer, y se ha demostrado que no necesitan de los hombres para poder fortalecer a su familia, y que el reto de ser madre y padre a la vez, lo pueden afrontar sin denostar a nadie, sin menguar la vida de nadie, pero sobre todo con un gran amor y cariño que siempre será el motor de todo éxito.
Por eso mi ideal para la Presidencia de la República es una mujer, mi ideal es una verdadera mujer que se apoye en todas y todos los mexicanos para que en su diario vivir como primera mandataria de nuestro país tome las mejores decisiones para que México sea un mejor lugar para vivir, un México sin miedo, sin tapujos, pero sobre todo con altura de miras, en donde el fortalecimiento de política productiva impere en todos los sentidos, y que socialmente seamos un país más equitativo.
Ángela Merkel, Dilma Rosseff, Michel Bachelet y Cristina Fernández de Kichner son ejemplos claros de que las agallas y los pantalones están bien puestos, y que lo que menos necesitan es pelearse con otras y con otros para obtener un resultado adecuado para sus países.
México tiene muchas buenas mujeres que podrían tomar esta responsabilidad. México necesita de todas sus mujeres para sacar adelante a su gente. México necesita de muchas mujeres que le impriman el sello característico de ellas: su entrega, su valentía, su disponibilidad, pero sobre todo su enorme amor por México que nos lo demuestran a los hombres todos los días.
Hagamos de México un mejor lugar para vivir, y definitivamente, y aunque muchos hombres no estén de acuerdo conmigo, las mujeres tienen la palabra.
Torreón, Coahuila.
Alfonso Tafoya Aguilar,