Costumbres
No debemos de olvidar que la sociedad mexicana en sus distintos estratos sociales se mantiene vigente, al tanto y bien informada, a través de impresos, publicaciones, videos y la principal, comentarios de boca en boca, que tradicionalmente es lo más socorrido, pero tampoco debemos olvidar ni debemos permitirlo, el hecho de que a fuerza de la costumbre nos impongan una forma de vida que en base a los constantes aumentos e incrementos en los valores de los productos de la canasta básica, así como los combustibles y lubricantes, nos hacen perder el poder adquisitivo de nuestros ingresos, dejándonos en un estado de indefensión.
El Gobierno Federal, que es quien regula y controla los precios, apuesta al decir de Porfirio Díaz, “El pueblo no tiene memoria”, y permite y solapa todos esos vaivenes en los incrementos a todos los insumos, haciéndolos tan seguido, que logra que nos acostumbremos y terminemos aceptándolos, ofreciéndonos a cambio noticias-bomba que por los medios informativos nos hacen desviar nuestra atención y acabamos aceptando la noticia del día a día y nos acostumbramos también al golpe diario que nos dan en nuestros bolsillos.
En tiempos electorales el Gobierno Federal debería suspender absolutamente todos los programas nuevos y sólo mantener aquellos que por su aplicación social y de inversión, deban mantenerse, y no otorgar a su partido ventajas en los medios y hacer campañas negras en contra de sus oponentes, utilizando todos los recursos federales que tienen enquistados en todo el territorio nacional.
No nos acostumbremos al mal trato y al mal gobierno, sigamos protestando por tanta injusticia federal y no permitamos que se nos olvide que todos son del mismo rebaño.
Torreón, Coahuila.
Higinio Cázarez Ureña,
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‘Si Dios Quiere’
Esta frase cada vez se pierde más en el infinito, ya no la necesitamos, como dice el anuncio televisivo: “No la conozco”.
Recuerdo que en mi niñez estábamos acostumbrados a oír a las personas mayores con frases como: “Si Dios me presta vida”, “Si Dios me da licencia”, “Con el favor de Dios”, “Primero Dios”, etc.
Ya no se escuchan casi, esas voces que nos hacían más humanos, más amigables, más conscientes de que somos simples mortales.
Será que hoy vivimos “al vapor”, todo es hoy prisas, y “modernidad”.
Nos sentimos anticuados o cursis al utilizar dichas frases, que en realidad son un aliento fraternal y cordial de comunicarnos entre nosotros los seres vivos.
Gómez Palacio, Durango.
Hugo A. Valerio A.,