Gran irresponsabilidad nuclear de parte del mundo
Igualito que en Chernobil el mundo entero estamos a la expectativa de lo que suceda en Japón, pero nadie hace absolutamente nada, salvo algunos esfuerzos bastante inútiles y hasta trágicos de parte de algunos, por cierto, heroicos empleados de la planta, pero vemos que ni gringos ni nadie está mandando ayuda para reducir el calor que se está generando en el reactor que es una bomba atómica perenne que se controla con barras de bario y otros elementos, pero básicamente es la transferencia de calor al agua, la que mantiene este monstruo controlado y el agua al evaporar mueve las turbinas que generan electricidad y este enfriamiento está actualmente obstruido.
Todos vemos en las imágenes un edificio cuadrado igual que el de Rusia de unos sesenta por sesenta metros con unos cuarenta metros de alto y las máquinas de bomberos ¡hágame usted el favor! que le echan unas ridículas ‘orinadas’ a las paredes porque no llegan al techo y un solo helicóptero para incendios forestales que fluye en períodos de horas entre sí.
Usted y yo, y todo el mundo, debemos reclamar airadamente a los responsables de estos proyectos por que todos pagamos las consecuencias de estas extraordinarias tonterías.
Todos de algún modo seguimos sufriendo Chernobil al menos con el cáncer que flagela la humanidad.
¿Adónde está señores japoneses su gran tecnología de robótica?, si sus obreros dolorosamente y a vista de todos, están entregando sus vidas y de una forma tan miserablemente inútil.
¿Por qué razón no existen en el perímetro unos cañones de agua adecuados para este asunto?, o ¿por qué de plano no está este edificio en una gran bañera, que el mar lo inunde?, vamos, la solución y el costo de estos preparativos debe ir intrínseco a su autorización.
Oiga usted ¿y Laguna Verde?
En México pues, debemos “poner las barbas a remojar” y los legisladores a presionar para que en algún momento consideremos la Ley de Murphy si algo puede pasar, considerar qué va a suceder.
Y acordémonos que hoy el mundo es una gran aldea y que todos pagamos el pato de lo que hagan algunos, así debemos irnos acostumbrando a opinar e intervenir a las naciones que nos afecten.
Y esas palabras como soberanía o autodeterminación de los pueblos, se manejan en su adecuada estatura porque sus derechos terminan donde empiezan los de los demás.
Así pues, estos proyectos deben ser autorizados y avalados por la comunidad internacional, dado que nos afectan a todos.
Pero lo más lamentable es que 26 años después de lo de Chernobil, la arquitectura exterior de estas plantas sea exactamente la misma y las experiencias de esa planta aún no sean superadas.
Torreón, Coahuila.
Arturo P. Salas Juárez,