Impunidad
La falta de autoridad en el país y en particular en nuestra región, da lugar a la impunidad. De nada sirve que tengamos leyes si quiénes las deben aplicar, no cumplen su cometido o de plano evaden su responsabilidad o culpan a otros de sus errores. Ahora; Hay quién cierra una calle para colocar su “brincolín” sin ninguna oposición. También hay quién estaciona su auto en doble o en triple fila a pesar de la molestia que ofende a los demás. El transporte colectivo hace parada en donde se le antoja. Ya nadie respeta los límites de velocidad. La ciudad se “adorna” con grafitis incluyendo iglesias y monumentos históricos. Expendios de bebidas embriagantes activos, en horarios prohibidos a la vista del rondín de los gendarmes. Autos circulando libremente sin placas o con placas y engomados de organizaciones fuera de la ley.
Qué tiempos aquellos, cuando estábamos obligados a plaquear nuestra bicicleta; porque de no hacerlo, nos negaban la circulación libre por las calles de nuestra gran Ciudad. Qué tiempos aquellos los del tarjetón; cuando todos los autos debían pasar por la revisión aduanal. Ahora, son pocos los que respetan los espacios para discapacidad.
¿Es culpable de esto el Gobierno Federal?
Torreón, Coahuila.
Juan Arturo,
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Nada más lo que es...
Frase muy usada para recordar que salomónicamente todos los seres humanos tenemos virtudes inherentes a cada cual.
Eso es, por lo que nadie debemos creernos más inteligentes o dotados que otro prójimo, ya que el ser supremo que nos creó; si no nos dió una virtud, nos compensó con otra.
El creernos poseedores de esa intangible virtud que se llama inteligencia, nos hace sentirnos superiores a todo lo creado, y hasta a muchos de nuestros hermanos humanos.
De esta creencia nace la soberbia que tantas calamidades ha causado a través de la historia: El tristemente célebre Hitler, el del apellido largo pero ideas cortas: Schwarzeneger quien ahora exalta a los milicianos que ultimaron a Bin Laden como héroes, que si lo son, pero no supo que entre estos iba un mexicano, raza a la que tanto odia; la famosa ley Arizona, etc. y sería una larga lista.
Lo principal es no soslayar nunca nuestra vulnerable condición humana, que aunque alguien sea “muy inteligente”, hasta con un rasguño anda sufriendo y como decía el gran declamador Alan Gorosave: “al final todos seremos podredumbre y miseria”...
Gómez Palacio, Durango.
Hugo A. Valerio A.,
