Doctor Sonrisas
El pasado martes 22 de Febrero del año en curso el Gobernador de Coahuila el Lic. Jorge Torres López donó a la Asociación Civil Dr. Sonrisas un terreno de 15 hectáreas ubicado en el municipio de Arteaga para la construcción de una “Villa de las Sonrisas”, un complejo terapéutico-recreacional para niñas y niños que padecen enfermedades avanzadas y terminales (El Diario de Saltillo, 23/02/11). De acuerdo a lo publicado en el sitio oficial de Dr. Sonrisas, la asociación civil tiene pensado construir un complejo terapéutico-recreacional que estará integrado por 50 habitaciones para el hospedaje, sin costo alguno, de estos niños junto con sus familias durante toda una semana. Además de estas instalaciones, La Villa de las Sonrisas contará con albercas, canchas de futbol, salones de juego, granjas, sala de cine, shows, maquinitas, comedor, heladería y otros atractivos cuya finalidad será la de regalarle a estos niños una experiencia mágica en sus vidas (www.drsonrisas.org).
Nadie cuestiona la nobleza y la calidad de la misión social que inspira los admirables esfuerzos de una asociación civil como lo es Dr. Sonrisas, sin embargo, cuando nos encontramos ante una muestra tan contundente de Voluntad Política, como lo es en este caso la donación de las 15 hectáreas para el proyecto ya descrito, es natural que uno empiece a preguntarse cuales son los criterios y las motivaciones bajo las que el Gobierno del Estado jerarquiza sus prioridades, y en consecuencia, despliega su impresionante gama de recursos para cristalizarlas.
Mientras que en Saltillo ya pasaron de la dotación de la infraestructura médica requerida para la atención masiva, y gratuita, de los múltiples padecimientos que afectan la salud de los habitantes de la región sureste de Coahuila a la firme promoción y respaldo a aquellos proyectos que atienden a segmentos muy específicos de la población, aquí en la Comarca Lagunera, sigue sin atenderse nuestra apremiante necesidad de hospitales públicos y de equipo altamente especializado. Aquí, no solamente se no se han donado los terrenos para la construcción del Hospital Regional de Alta Especialidad (HRAE) y del Hospital de Alta Especialidad del ISSSTE que el Gobierno Federal tiene contemplados para esta parte de la geografía coahuilense, sino que incluso, la obra del Hospital General de Torreón, la obra más emblemática de la administración estatal en materia de política social, se encuentra en estado de coma. Es importante señalar que la construcción de estos dos hospitales de Alta Especialidad nos dotaría, junto con el Hospital General de Torreón, no solamente con la infraestructura y el equipo necesario para brindar una atención masiva y de calidad a los múltiples padecimientos que afectan al millón y medio de personas que habitan la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango, sino que también facilitaría enormemente la labor humanitaria que desarrollan las diversas asociaciones y organismos asistenciales que hay en la Laguna, ya que sería a través de estos mismos hospitales donde se brindaría la mayor parte de la atención médica y terapéutica que requieren las personas que son apoyadas, económica y emocionalmente, por éstos organismos de la sociedad civil. Organismos que día a día luchan contra viento, indiferencias y marea por recabar los fondos que posibilitan la continuidad de la misión social que han asumido: ayudar, concientizar y construir ciudadanía.
La solución a nuestros graves padecimientos socio-económicos, exige mucho más que un simple recetario de promesas recicladas, ejercicios proselitistas, programas clientelares y sonrisas vacías. Exige el que se trascienda, de una vez por todas, esa concepción que elevó la mezquindad hacia la Comarca al grado de política de gobierno, y que hizo del cálculo electorero, la brújula de todas las decisiones. La Laguna esta urgentemente necesitada de una cirugía mayor, de una rehabilitación sistémica, de un horizonte de desarrollo y de un trato más fraternal y humanitario.
Julián Mejía Berdeja.
