Economía y política
Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia y ahora Estados Unidos, todos ellos países democráticos, afrontan gravísimos problemas económicos y arrastran al mundo a una crisis de imprevisibles consecuencias. Hace muy poco el pueblo de casi todos los países árabes se levantó contra sus riquísimos gobiernos, levantamiento que aún continúa en muchos de ellos. La causa de fondo de este problema, en el caso de los países desarrollados, es solo una, según los economistas: los gobiernos gastan mucho más de lo que recaudan, y se endeudan mucho más allá de sus posibilidades de pago, La consecuencia es lógica: a la hora de pagar su economía se desmorona. ¿Qué es lo que en realidad sucede? Los políticos dicen que gastan para mejorar las condiciones de vida del pueblo que gobiernan, pero el pueblo no percibe esas mejoras, al contrario, lo que percibe es que el desempleo y la pobreza avanzan.
¿A dónde van a parar pues esos grandes capitales (los de los prestamos y los del petróleo) que desequilibran las economías de los países y conducen a una pobreza injusta y vejatoria en ambos casos? La respuesta es obvia. A los bolsillos de los políticos. ¿Conocen ustedes alguno que no se haya enriquecido al estar en el poder? Algunos lo han hecho más allá de toda proporción, como es el caso de Gadafi, a punto de ser derrocado, o de Mubarak, juzgado ahora en Egipto por su ilícito enriquecimiento y mal gobierno, y algunos oros dictadores de países árabes, “dueños absolutos” de sus países, que mas tarde o más temprano también caerán.
En el caso de las llamadas “democracias” el problema se presenta con diferentes matices aunque el resultado es el mismo. Los gobernantes abusan de su poder y toman decisiones inmediatistas sin medir las consecuencias a largo plazo ¿Qué importan unos cuantos millones de pesos más de deuda? ya vendrá otro que la pague, o que afronte las consecuencias de su irresponsabilidad! Lo importante es mantenerse en el poder como sea.
El compromiso de los políticos, esta visto, no es con el pueblo; aunque se diga que es de él, o que se gobierna para el; la verdad es que se “gobierna” en base a dos intereses: los del partido para que este siga en el poder, o lo recupere si por un error de alguien lo perdió; y para su personal beneficio.
¿Qué hacen para conseguir sus objetivos? Para el primer caso: comprar voluntades (votos) con engaños y con regalías humillantes aprovechándose de las necesidades de la gente; necesidades que ellos mismos generaron con su mal gobierno. A fin de cuentas, contando con la necesidad y la mala memoria del pueblo, ellos no sufren las consecuencias de esta irresponsable conducta, al contrario, parece que gastar más, aunque sea engañando, los hace más populares y los mantiene en puestos cada vez más altos.
Para el segundo aspecto: “vender” su imagen igual que se vende cualquier producto chatarra, por medio de una publicidad masiva, perversa y cara que pregone sus falsas virtudes a base de mentiras. Más tarde o más temprano esta conducta les cobrará dividendos pues su deshonestidad esta generando una desconfianza generalizada en ellos.
Algo muy serio tendrá que pasar para enderezar tales entuertos en el mundo. Algo muy serio en verdad ¿No será que todos, pero en particular los políticos, por ser ellos los líderes sociales, debamos recuperar el valor de la honestidad y limitar la ambición de tener cada vez más?
Gómez Palacio, Durango.
Rodolfo Campuzano,
