Altruismo a ultranza
“No me motiva salir a comprar cosas caras, lo que realmente me entusiasma y satisface es brindarle ayuda a la gente” (Melinda Gates).
Estados Unidos es el país que más recibe donativos de particulares, millones de sus ciudadanos aportan cada año miles de millones de dólares en beneficio de diversas causas de interés público, ya sean: hospitales, universidades, centros de investigación científica, fundaciones, etc.
La cultura del “compartir” la tienen bien arraigada los vecinos del norte, aunado a esto, muchos de sus millonarios se están uniendo al movimiento emprendido por Bill Gates para deshacerse de la mayor parte de sus fortunas con el fin de sumarle recursos a la fundación más rica del planeta.
El señor Gates renunció a la presidencia operativa de Microsoft hace ya unos años, para junto a su esposa, Melinda (también exejecutiva de la empresa y que por cierto conoció allí mismo en una reunión de trabajo) dedicarse a apoyar diversas causas que consideran prioritarias fuera y dentro de su país de origen.
El combate a la malaria, Sida, polio y otras enfermedades lo realizan exhaustivamente en la India y diversos países del continente Africano; en Estados Unidos emprendieron un programa para mejorar el nivel académico en las instituciones educativas y además encauzar a los jóvenes a terminar la preparatoria y continuar con sus estudios universitarios.
Tan sólo el señor Gates y Warren Buffett han aportado algo más de treinta mil millones de dólares cada uno para cargar las chequeras de la fundación, cuentan con un equipo de casi mil colaboradores para asegurarse de brindar el mayor beneficio posible al mayor número de personas una vez que se decidió entrar en acción en favor de alguna causa.
El mexicano Carlos Slim declaró públicamente al respecto “no es repartiendo la riqueza existente la manera de combatir la pobreza”, por lo que me pregunto ¿podrá estar tanta gente equivocada y el señor Slim en lo correcto? ¿No logrará apreciar los evidentes resultados de esa noble práctica dentro de los Estados Unidos? ¿Será consciente que se le está salvando la vida a miles de seres humanos que no hubieran tenido la menor oportunidad de acceder a los medicamentos? o ¿Será más bien que carece de la capacidad de desprendimiento de sus contrapartes anglosajones?
Por cierto ¿qué pensarán los cientos de miles de beneficiarios de estos audaces y enormes programas altruistas sobre las declaraciones del señor Slim?
Jaime Díaz de León.
