¿Cómo poder construir una educación efectiva?
A mediados del mes de agosto, cuando inicié el nuevo ciclo escolar como es mi costumbre solicité a mis nuevos alumnos(as) por escrito su nombre la escuela de procedencia razón por la cual deciden seguir sus estudios y por qué eligen esa carrera. El propósito de este ejercicio es identificar plenamente, a cada uno de ellos por su nombre, conocer su nivel de expresión, y si realmente tienen la vocación para la carrera que eligieron, de lo cual, entre otras cosas, resulta lo siguiente:
1.-Que cada vez son más las mujeres-lo cual me regocija- con la firme decisión de incursionar a la universidad, superando así prejuicios arcaicos de su propia familia, en relación a la oportunidad de lograr una educación profesional.
2.-Pero también la observación de serias deficiencias respecto a su nivel de expresión, resultado, sin duda, de la ausencia del hábito por la lectura. Consecuentemente es palpable igualmente, una pésima ortografía, incapacidad de leer fluidamente y comprender lo leído. En ocasiones, más frecuentes que raras, la letra casi ilegible y ni hablar de sus conocimientos de la historia o de elementos de cultura general, de tal manera que no puede uno dejar de preguntarse: ¿Cómo puede llegar un alumno a la universidad con tales deficiencias? Haciendo evidente, la existencia de graves lagunas en el sistema educativo nacional, tanto en sus nivel básico como en el medio superior.
Ahora bien, dado que no es factible; regresar a mis alumnos a la secundaría, mucho menos a la primaría, resulta importante y aún urgente implementar mecanismos de apoyo a la lectura, la escritura y a la comprensión lectora, es decir, incentivar el hábito de la lectura como práctica cotidiana en los jóvenes, pero sobre todo en los niños. ¿Quién no se alegraría al observar grupos de jóvenes, que al transitar a su escuela, y en lugar o al tiempo de escuchar música, fueran leyendo un libro, cualquiera que este fuera? Y claro que podemos imaginar una reunión en la cafetería de la escuela, en donde, en lugar de la conversación tradicional sobre la canción del momento o del artista de moda, se discutiera, comentara o debatiera el contenido de una obra literaria. Parecerá un imposible, pero válido de soñar, y aún más, factible de convertir el sueño en realidad actuando en consecuencia, a fin de continuar el trabajo necesario en el espacio que me corresponde como catedrática; contribuir con la firme convicción de que obtendré una respuesta favorable. De igual manera convocar a todos, como partes integrales de nuestra comunidad, a formar parte activa en la solución de esta problemática; el rezago importante en la preparación de nuestros estudiantes; sin olvidar que serán en un futuro cercano quienes tomen las decisiones en nuestra sociedad, y ¿cómo lo harían si carecen de los elementos claves para ello?
Reflexionemos: Si se ha logrado difundir la importancia del ejercicio, ¿Por qué no hacer lo mismo con la lectura? Creando grupos de lectura en las colonias; y en las escuelas, facilitar el acceso a los libros sin que el costo del mismo represente una limitante. En este aspecto es necesario que también el gobierno federal implemente mecanismos para que en toda escuela, y en cada familia existan libros al alcance de los padres, jóvenes y niños.
El artículo 3° de nuestra constitución señala la obligatoriedad de la educación básica lo que nos permite inferir que el Estado es responsable de proveer los medios necesarios para que los niños de 4 a 12 años reciban la educación pertinente. Actualmente la obligatoriedad de la educación comprende la educación media y media superior. Por tanto el compromiso del Estado es aún un mayor; ¿realmente ésta el gobierno actual con la voluntad política para brindar una educación media superior de calidad?
Actualmente se reporta una cobertura educativa del 84.4% en el nivel de preescolar; el 100% de cobertura en el nivel primaria, pero un 92.3% en secundaria. Observamos una sensible disminución en la cobertura, indicador que nos señala dónde existe trabajo por realizar o concluir. Otra cifra significativa para su análisis es la tasa de matriculación, la cual registra solo el 51.2%; quedando fuera de la posibilidad de estudio el 48.8% de la población en edad de estudiar.
Si bien el Gobierno estatal es responsable de la educación de nuestros municipios, es justo señalar que con un presupuesto tan limitado destinado a la educación por parte del gobierno federal, de apenas el 4.2 %, se vuelve tarea titánica, especialmente porque el Art. 25 de la Ley General de Educación, señala la aplicación del 8% del PIB; así, en tanto no se decida destinar el monto recomendado por la Unesco y a lo cual está comprometido el gobierno federal, será difícil que se puedan obtener mejores resultados.
Patricia Gabriela Cardona Díaz.
