La Navidad
El nacimiento de Jesús se ha vuelto un revuelo mercantil donde las familias se gastan hasta lo que no tienen con tal de complacer y satisfacer sus vanidades mundanas, olvidándose por completo del verdadero significado del mismo; ¿pero de dónde viene la Navidad?
Hace muchos años, mucho antes del nacimiento de Jesús de Nazaret se festejaba en los pueblos de la antigüedad las fiestas del solsticio de invierno, fiestas de adoración al sol vivificante de todas las cosas. Dichas fiestas venían marcadas cada año con una serie de señales astronómicas que los sacerdotes de todos los pueblos de la Tierra conocían, señales que esperaban con anhelo ya que aseguraban que el ciclo de la vida continuara.
En el solsticio de invierno el sol pareciera morir, es el día con menos luz en el hemisferio norte, es el día mas corto del año y donde las tinieblas o la noche le ganan a la luz, al día, por lo que se esperaba el renacimiento del sol, nacimiento nuevo que venía acompañado de algunas peculiaridades en el cielo; el 21 de diciembre el sol sale lo más al sur en el hemisferio norte y pareciera quedarse allí durante tres días, muerto; el resucitar del sol después de tres días (el día 25 de diciembre) llenaba de fe y esperanza a las personas de aquellos tiempos, ya que con ello se aseguraba el calor que las plantas necesitan para crecer y por ende el alimento de todos los habitantes del planeta.
La noche del 24 de diciembre mientras nosotros estamos disfrutando de la cena navideña en compañía de nuestras familias, en el cielo, al sur, se posa la constelación de Orión, dicha constelación tiene siete estrellas, cuatro en las esquinas y tres alineadas en el centro llamadas el cinturón de Orión, a estas tres estrellas en la antigüedad se las llamaba “los tres reyes”, y he aquí lo interesante, “los tres reyes” ese día en la noche, se alinean con la estrella más brillante esa noche en el horizonte llamada Syrius, señalando por donde va a salir el sol la mañana del 25 de diciembre y con esto asegurando su nacimiento para beneplácito de todos los seres, empezando el sol a moverse hacia el oriente y a ganarle más espacio a la noche hasta el equinoccio de primavera, donde el día comienza a hacerse más largo que la noche.
Entonces, fíjese usted que la noche del 24 de diciembre los tres reyes siguen una estrella que les anuncia el nacimiento del Mesías el 25 de diciembre, mientras nosotros en estas fechas nos gastamos hasta lo que no tenemos, olvidándonos por completo de lo que verdaderamente importa, el nacimiento de Jesús. y si usted quiere, compruebe dicho evento astronómico con sus propios ojos algún 24 de diciembre en la noche.
Torreón, Coahuila.
David Luna,