Con la terquedad que le caracteriza, el expresidente Vicente Fox insiste una y otra vez que para frenar la escalada de violencia en México se requiere legalizar el uso y distribución de drogas.
El político guanajuatense, quien prometió emprender desde Los Pinos "la madre de todas las batallas" en contra del crimen organizado, ha terminado por doblar las manos y proponer la controversial legalización de narcóticos y además pactar con los carteles.
Su propuesta no es nueva, en el año 2001 como presidente de México respondió a la pregunta de un reportero que "México no podía retraerse de la guerra en forma unilateral", pero que "algún día la humanidad la verá (a la legalización) como la mejor opción".
Desde entonces Fox no estaba del todo convencido de la lucha frontal contra los zares de las drogas al igual que su secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, quien siempre externó una postura todavía más favorable a la legalización.
Pero Fox ha ido cada vez más lejos en su teoría, ahora propone negociar y dialogar con los capos del narcotráfico. En un reciente artículo periodístico, el expresidente afirma que "no es nuevo negociar, dialogar... La amnistía, el perdón, la rehabilitación son caminos ampliamente utilizados en cualquier parte del mundo..."
Y añade en una comparación irrisoria que por medio del diálogo, Marcos "cambió y buscó representar un movimiento social" en favor de los indígenas.
Hace un año escuchamos de viva voz la propuesta de Fox en la Universidad de San Diego ante un público en su mayoría norteamericano. Sus palabras sorprendieron por la ligereza de sus planteamientos, algunos pensamos que se trataba de una estrategia de mercadotecnia para vender mejor sus presentaciones públicas.
Unas semanas atrás, la Universidad Nazarena de Point Loma había cancelado su conferencia porque a los directivos no les pareció que hablaría de legalizar las drogas ante estudiantes. Se desató un escándalo mediático y en cuestión de horas Fox fue contratado en otro plantel.
Lo cierto es que su posición ha avanzado en ciertos sectores políticos, en buena medida por los magros resultados de la guerra contra el narco en México. Pero hay que seguir con extremo cuidado este complejo problema de la violencia y la drogadicción porque son demasiados los mitos a considerar.
La estrategia de combatir de frente al narco que ha costado la vida de unos 40 mil mexicanos en nuestro país es ajena a la legalización. No por quitar la prohibición de las drogas desaparecerá la delincuencia organizada que en buena medida tiene sus raíces en la desigualdad social, la falta de oportunidades y la impunidad que reina en México.
Dice Fox que Portugal y Holanda han tenido buenos resultados al legalizar el consumo de drogas, pero esos países no cuentan con los miles de plantíos que existen en México ni con el poder y organización de los cárteles de la droga. ¿A poco el "Chapo" Guzmán y el "Mayo" Zambada se dedicarán a invertir en negocios honestos en caso de una amnistía?
Otra de las comparaciones absurdas se refiere a la violencia que se generó en Estados Unidos a raíz de la prohibición del alcohol durante los años 20 del siglo pasado.
En primer lugar las bebidas alcohólicas como el vino, cerveza, brandy y las nuestras como tequila, pulque o bacanora, han estado al alcance de todos desde hace siglos. La humanidad ha aprendido con sus asegunes a manejarlas. En Estados Unidos estas bebidas siguen muy reguladas, pero en Europa hasta los menores ingieren vino en cantidades sustanciales.
Pero las drogas son productos de uso más reciente y cada vez más dañino. Nuestros abuelos tomaban vino y jerez, pero jamás supimos que fumaran marihuana o fueran afectos a la cocaína.
Legalizar las drogas tendrá efectos sociales impredecibles. En las escuelas circulan las drogas, pero al menos nuestros hijos saben que están prohibidas y que si las consumen serán sancionados e incluso expulsados.
Nos preguntamos, ¿qué pasará cuando las drogas estén al alcance de todos, incluyendo menores y adultos que jamás habían pensado en adquirirlas? ¿Serán también legalizadas las drogas procesadas y peligrosas como el cristal, entre otras metanfetaminas y porquerías químicas?
No señor Fox, el asunto no es tan fácil como usted cree y menos con una propuesta sin pies ni cabeza. ¿Será que necesita elevar su rating para cobrar más caras sus conferencias?
Ante tantos disparates, sería muy oportuno convocar a una cumbre hemisférica con especialistas en la materia -sociólogos, médicos, abogados, psicólogos, economistas-para encontrar estrategias más efectivas contra el narcotráfico, pero por favor sin la participación de políticos y funcionarios que sólo andan en busca de reflectores ante la cercanía del 2012.
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