Fragorosa
MÉXICO, D.F.- Inició su aparición desde un camino delineado entre sus seguidores. La sorpresa fue muy grande. Nadie esperaba ver a la ahora rubia caminar entre la multitud con su canto y una llamativa túnica rosa fosforescente.
"Vá-mo-nos... vá-mo-nos...", gritaban los chilangos y veían el reloj marcar las 10 de la noche y no aparecía la estrella. 30 minutos después pisó el templete.
El tema Te Dejo Madrid alteró los sentidos. "Buenas noches mi México, qué bonito, por fin estoy aquí. Gracias por todo el cariño que me dan" dijo.
Durante la hora 50 minutos que cantó y movió las caderas, usó distintos vestuarios. En el turno de sus Pies Descalzos, vistió falda larga roja y bailó un poco de flamenco, se tiró al suelo y contorsionó su cuerpo. "Soy una gitana de ciudad", refirió.
El preámbulo de esta parte acústica llamó mucho la atención porque se atrevió a hacer un cover con violines, caja de ritmos y guitarras del éxito Nothing Else Matters de Metallica.
"Qué voz", decían unos, mientras otros reprobaron. Sólo cantó una balada, Inevitable. Invitó al escenario a cuatro seguidoras y cantó Ojos Así, Ciega, Sordomuda y Suerte. Después del primer encoré, regresó al escenario para cerrar con su explosivo Waka Waka (This Time For África) que hizo bailar a todos, a niñas en su mayoría, que la miraban hechizadas y nunca cuestionaron cómo le hace Shakira para cantar tan perfecto y no expresar ni una agitación en su voz a pesar de sus aeróbicos movimientos.