Aquel hombre, pensaba como García Márquez, "le hubiera gustado morir a manos de un marido celoso". Pero la vida pasaba y sentía que su pasión disminuía cada día más. Ya no lo emocionaban las mismas cosas que antes.
Sin embargo, el mar Caribe, lo hacía sentirse vivo de nuevo. Era un mar multicolor espléndido.
Y así de pronto, como Venus surgida de la espuma, apareció ella.
Joven, monumental, subyugante. De tez morena clara, talle alargado, pechos erguidos y duros como campanarios de catedral y unas piernas que sostenían como firmes pilares todo el conjunto.
Él no pudo resistir la tentación y preguntó: "¿Cómo te llamas? Me llamo Olga -respondió- Y soy italiana, educada aquí.
Su diminuto bikini dejaba ver lo maravillosa que debía ser esa mujer cuando se entregaba sin reservas.
Pero él sabía que eso no podría suceder, porque, como todos venimos con un número de "polvos"; y él ya se los había gastado casi todos.
No obstante ello, el erotismo aún fluía en su sangre y esa mujer lo despertaba igualmente como revive una flor al contacto con el agua.
Además, sus ojos color de miel, tenían una forma de mirar que incendiaban lo que veían, porque ella sabía mirar "como un crepúsculo que arde".
Ella acercó una poltrona y se acostó a su lado, yaciendo en aquel camastro su cuerpo se mostraba imponente. Sus glúteos parecían dos balones de bolibol, tan firmes que podías colocar dos monedas sobre ellos y permanecerían inmóbiles por toda la eternidad.
Él la observaba como se admira un monumento arquitectónico y desde su perspectiva podía ver hasta los pequeños bellos dorados sobre su piel.
¿Qué más se podía pedir? Sol, mar y vistas preciosas, reconfortantes.
Ella permaneció acostada durante largo rato y él no quiso interrumpir su descanso. Al despedirse, prometió volver al día siguiente al mismo lugar.
Aquella noche, él no pudo dormir. Y no obstante que la volvió a ver durante varios días, todavía es fecha que no concilia el sueño.
Así se escribió esta historia. Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".