El ejército sirio mató ayer a por lo menos cinco personas en una ciudad cercana a la frontera libanesa e irrumpió en un pueblo vecino a Turquía, dijeron activistas.
El tiroteo en Qusair dejó además 16 heridos, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos. Abdul-Karim Rihawi, director de la Liga Siria por los Derechos Humanos, dijo en Damasco que los muertos fueron siete. Hasta el momento no era posible reconciliar la discrepancia en las cifras.
Las protestas antigubernamentales son comunes en Qusair. El ataque a esa ciudad, en combinación con el ataque por la madrugada a Saraqeb, cerca de la frontera turca, reflejan la determinación del presidente Bashar Assad por aplastar la rebelión de cinco meses pese a una creciente condena internacional.
Estados Unidos impuso nuevas sanciones el miércoles, y una serie de diplomáticos extranjeros han pasado por Damasco instando a Assad a poner fin a una ofensiva que según los grupos defensores de los derechos humanos ha dejado unos 1,700 muertos desde mediados de marzo. Un día después de reunirse con Assad, el canciller turco renovó el miércoles su condena a los ataques.
Un grupo internacional por los derechos humanos, con sede en Estados Unidos, emitió un informe el miércoles por la noche en el que acusa a las autoridades sirias de atacar instalaciones médicas, trabajadores de la salud y sus pacientes. Instó al gobierno a respetar las obligaciones de los médicos de suministrar cuidado a los civiles de manera neutral y ética.
El grupo Médicos por los Derechos Humanos dijo que las fuerzas de seguridad controlan el acceso a los hospitales, y que muchos civiles heridos necesitados de atención urgente no se presentan por temor a ser detenidos y torturados si acuden a instalaciones médicas controladas por el gobierno.
"Además de las atrocidades ampliamente reportadas cometidas por el gobierno, MDH ha recibido informes de graves violaciones a la neutralidad médica en Siria", afirmó una declaración del grupo.
Agregó que, según un grupo de médicos sirios, 134 doctores han sido detenidos por el gobierno o han desaparecido.
El ataque a Saraqeb es llamativo porque está en Idlib, una provincia fronteriza con Turquía. Las intensas protestas en la zona desencadenaron una enérgica respuesta del gobierno, y cientos de sirios huyeron al otro lado de la frontera. Los militares dijeron el miércoles que se habían retirado de los barrios residenciales y que volvían a sus cuarteles.
Karzai va por más poder
Hamid Karzai anunció ayer que no se presentará a un tercer mandato como presidente de Afganistán y adujo que hacerlo sería crear "un inconveniente" al país asiático. Según un comunicado oficial, Karzai explicó a un grupo de diputados del Parlamento afgano que la Constitución nacional no permite actualmente servir más de dos veces como presidente.
"No tengo la intención y no voy a intentar encontrar una manera de conservar el asiento para un tercer mandato. Es un inconveniente para Afganistán", subrayó. "Mi mayor logro sería que todos apoyásemos para el puesto a una persona que sea aceptable para todo el pueblo afgano y un verdadero sirviente de este país", agregó Karzai.
La renuncia del presidente afgano, que ha estado en el poder desde poco después de la invasión de EU a Afganistán y caída del régimen talibán hace casi una década, llega en un momento de incertidumbre.