Greenpeace aseguró que el accidente en la central nuclear de Fukushima, en Japón, debe clasificarse en el nivel 7 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES), en el mismo nivel que el desastre de Chernobyl.
La organización ambientalista dijo que la gran cantidad de radioactividad que ha liberado la central (radionucleidos de Yodo-131 y Cesio-137) desde el accidente que se inició el 11 de marzo y hasta el 23, son evidencia para que sea reclasificado en el accidente de Chernobyl, ocurrido en abril de 1986.
El estudio que realizó el Doctor Helmut Hirsch para Greenpeace Alemania concluye que "teniendo en cuenta el conjunto de liberaciones de los tres reactores de Fukushima-Daiichi, el accidente conduce a una clasificación INES 7, con la posibilidad de que sean tres accidentes en esta misma escala, teniendo en cuenta que cada reactor por separado liberó más de 100 mil Tbq (terabecquerels)".
Menciona que "en contraste con Chernobyl, en el que estuvo involucrado un solo reactor nuclear, Fukushima ha sufrido grandes fallas en cuatro de sus reactores. Tres de ellos han perdido una cantidad de líquido refrigerante a tal escala, que llevaron a una fusión del combustible nuclear. Además, en el reactor 4 de Fukushima, la pérdida de refrigerante en las albercas de combustible nuclear gastado provocaron un incendio y, en una oportunidad, una explosión de hidrógeno que destruyó la unidad".
La investigación se llevó a cabo con base a la evaluación de los datos publicados por la Agencia de Protección Radiológica del gobierno francés (IRSN) y del Instituto Central de Meteorología y Geodinámica (ZAMG) de Austria.
CUBRIRÍA EL MUNDO
La radiación liberada por la central nuclear de Fukushima podría dar la vuelta al mundo en dos o tres semanas, informó la Comisión Preparatoria del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBTO).
Según la CTBTO en los próximos días la contaminación procedente de Fukushima llegará a los países europeos y asegura que en un margen de entre dos y tres semanas habrá recorrido gran parte del planeta, pero no tiene efectos nocivos para la salud.
La semana pasada el aumento en los niveles de radiación causaron pánico en los residentes de California, en la costa oeste de Estados Unidos, y el martes llegaron partículas radiactivas a Islandia.