Epidemia en Oriente Medio. Dos trabajadores egipcios que son atendidos por una gastroenteritis permanecen tendidos en el piso después de que se desatara un brote epidemico en Oriente Medio.
Las fuerzas de Moamar Gadafi cañonearon la única población importante bajo control parcial de los rebeldes en el oeste de Libia, mientras Francia y Gran Bretaña apremiaron a la OTAN, incluido Estados Unidos, a redoblar la campaña contra el régimen libio.
Las posibilidades de un triunfo rebelde parecían desvanecerse, mientras arreciaban las acciones en busca de una solución negociada al conflicto. Un grupo de diplomáticos pretende reunirse hoy miércoles en Qatar, en el Golfo Pérsico, con una delegación de enlace de Libia, que intenta coordinar una respuesta internacional ante el enfrentamiento.
En los combates del martes, varios cohetes cayeron en la población de Ajdabiya, que es el acceso principal hacia la zona oriental bajo control de los insurrectos. De acuerdo con testigos, la ciudad de Misrata fue también atacada con artillería.
La ofensiva gubernamental, que ya dura varias semanas, ha matado a decenas de personas en Misrata, donde escasean los alimentos y medicinas, según pobladores, médicos y defensores de los derechos humanos.
"Desgraciadamente, con las máquinas de guerra de largo alcance de las fuerzas gadafistas, no hay lugar seguro en Misrata", dijo un médico a The Associated Press en esa ciudad, y pidió que no fuera identificado por posibles represalias. Seis personas murieron el lunes y una el martes, añadió. Los insurrectos libios son superados con creces en número y poder de fuego por las fuerzas de Gadafi, y sufrirían una derrota aplastante sin los ataques aéreos de la OTAN. Cualquier esperanza realista de los rebeldes para derrocar a Gadafi depende en gran medida de una presión política internacional aunada a una sostenida campaña aérea de la OTAN.