El purpurado de Celaya, Benjamín Castillo, rechaza que la Iglesia menosprecie a los homosexuales, pero señala que 'esas personas son enfermas' y detrás de ellas hay verdaderas tragedias. (Archivo)
El obispo de la Diócesis de Celaya, Guanajuato, Benjamín Castillo, señaló que los homosexuales no nacen, sino se hacen, fruto de una sociedad desintegrada; no obstante, aclaró que la Iglesia no los menosprecia.
"Son el fruto de muchas familias con problemas, donde la imagen del padre o de la madre no es clara, donde se ha abusado, donde los padres no son padres y hay muchos casos donde detrás de cada uno de esos hay una tragedia, que no me digan que lo eligieron, la gente que niega sus problemas nunca los supera", dijo.
Aseguró que la Iglesia nunca los ha hecho a un lado."Lo que la Iglesia dice es que esas personas son enfermas, no se ha reconocido eso, y que se reconozca así, no se nace, se van haciendo, y el ambiente detrás de cada vida hay tragedias, verdaderas tragedias, hay muchas violaciones", enfatizó.
Para el obispo de Celaya, se debe reconocer la necesidad y el principio de una superación de los problemas, porque "no se puede conformar la Iglesia en un decir, así somos, se les acepta y no se menosprecia a nadie, pero no se acepta esta situación, entonces eso, la Iglesia nunca ha despreciado a nadie en ese sentido".
Benjamín Castillo también cuestionó que estos grupos acusen a los católicos de homofóbicos."Yo pienso que eso de llamar homofóbico a quien cuida eso está mal, ellos también son homofóbicos, ellos no aceptan a la mujer porque para ellos no es compatible, no se trata de homofobia, nadie escoge en ese sentido, se les impone y muy dolorosamente", enfatizó.
Apuntó que ser homosexual "no es cuestión genética, es cuestión de que se hacen por el ambiente en que viven".
