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Geografía del arsénico

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

En unos cuantos días nos cayó como balde de agua fría, seguramente con arsénico, las noticias más preocupantes de los últimos años, de pronto apareció ante nuestros ojos la geografía del arsénico en el agua, la distribución del tóxico en los municipios de la Comarca Lagunera. Cuántas veces se dijo en esta y en otras columnas de compañeros colegas, el avance del arsénico desde la periferia hacia lo que se considera el nodo económico de la región lo que ahora llamamos zona metropolitana. Cifras alarmantes de la concentración del arsénico en el agua se han publicado día tras día, es una realidad que ya nadie puede ocultar, que ya nadie puede negar.

También se ha comentado en innumerables ocasiones, que la causa de este grave problema es la sobreexplotación del acuífero principal. La disminución de la calidad del agua por el incremento de sales que contienen arsénico, se extiende literalmente por todo el territorio comarcano amenazando la salud pública. Se trata ni más ni menos del problema socio-ambiental más relevante de la región, que tiene que ser tratado como una prioridad ineludible por todos aquellos que habitamos la Comarca.

La experiencia de otros países en la remoción del metal pesado del agua de bebida, ha sido en muchos casos exitosa, aunque en la mayoría también la escala ha sido urbana, quedando pendiente el nivel rural. En la Comarca Lagunera no debe cometerse el mismo error, la distribución de las concentraciones más elevadas de arsénico, indican que el problema es definitivamente mucho mayor en las zonas rurales. Por eso, la modificación que Encuentro Ciudadano Lagunero hace a la estrategia del uso del agua filtrada y sin arsénico cobra vigencia; si se van a utilizar filtros como medida provisional para mitigar en lo inmediato el problema, resulta lógico, humano y democrático, distribuir entre toda la población, urbana y rural, el agua sin arsénico para la preparación de alimentos y bebida. El botellón es un conocido medio de distribución que podría usarse. El resto de las actividades podría realizarse sin riesgo con el agua sin tratar, ya que las principales rutas de exposición de las personas al arsénico son la ingesta y la inhalación.

Los efectos del arsénico en la salud pública han sido documentados ampliamente por académicos de la región y del extranjero, Se sabe que el arsénico es acumulable en el organismo por exposición crónica y a ciertas concentraciones ocasiona afecciones como: alteraciones de la piel con efectos secundarios en el sistema nervioso, irritación de los órganos del aparato respiratorio, gastrointestinal, y acumulación en los huesos, músculos y piel, y en menor grado en hígado y riñones. Existe evidencia epidemiológica que personas con ingestión prolongada de arsénico inorgánico, vía agua de bebida, ocasiona la hiperqueratosis palmo-plantar cuya manifestación principal es la pigmentación de la piel y callosidades localizadas en las palmas de las manos y pies. Este problema así como el conocido mal del pie negro se han encontrado en la Comarca Lagunera. Por otro lado, recientemente efectos negativos de dosis bajas de arsénico con exposición de largo plazo, se asocia significativamente a la incidencia de cánceres de piel, pulmón, vejiga urinaria, riñón, e hígado. Estos resultados fueron posteriormente corroborados por grupos estadounidenses y de la comunidad médica internacional.

Ante las limitaciones gubernamentales y la evasión de los grandes usuarios de su responsabilidad ante el grave problema, resulta fundamental encauzar no sólo la documentación de la magnitud del problema sino incluso la de las propuestas de solución y estrategias de aplicación, a través de Instituciones Académicas y Organizaciones No Gubernamentales.

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