El abandono en el que el gobierno municipal que preside Eduardo Olmos tiene sumidas a las diversas organizaciones no gubernamentales que existen en nuestra comunidad, es una muestra de apatía y desinterés que los ciudadanos de Torreón no merecen.
En nuestra ciudad operan diversas asociaciones civiles dedicadas a satisfacer necesidades de personas afectadas por la discapacidad, la enfermedad y otras formas de adversidad específicas, que requieren de una atención especial.
Tales agrupaciones nacen de la solidaridad orientada a resolver problemas que se advierten imposibles de enfrentar en solitario por los afectados, y para ello se han formado patronatos de ciudadanos que atienden cuestiones tan diversas como la educación especial, el hospedaje de los inmigrantes o de los estudiantes foráneos, los niños con cáncer, la operación de cataratas o el proveer de lentes, aparatos para sordera o accesorios ortopédicos de diversa índole.
Otros de esos organismos se dedican a propósitos generales diversos como promover la cultura o a la protección al medio ambiente, y todos los esfuerzos de esa clase tienen como denominador común que nacieron de la sociedad civil organizada que se allega sus propios recursos.
Como la dinámica positiva en comento no es exclusiva de nuestra ciudad sino que existe en toda sociedad humana, en nuestro país surgieron políticas públicas en los diversos niveles de gobierno que canalizan recursos en apoyo de ese tipo de iniciativas sociales, que a diferencia de lo que ocurre en el sector oficial tienen la ventaja de funcionar libres de estructuras burocráticas y operan a base de trabajo voluntario, lo que les permite potenciar el rendimiento de los recursos así destinados, multiplicando sus efectos saludables.
Por ello ofende que la administración actual haya sido omisa desde el año pasado y en lo que va del presente de programar y hacer llegar el flujo de los recursos que en otro tiempo recibieron dichos organismos y que se ha mantenido sea cual fuere el color del partido en el poder.
En efecto, en pasadas administraciones durante el mes de marzo de cada año se lanzaba la convocatoria relativa al programa del Fondo Único de Fortalecimiento de Organismos No Gubernamentales, mediante un proceso abierto en el que las asociaciones tenían la oportunidad de presentar sus solicitudes de apoyo fundadas en planes de trabajo por objetivos concretos, lo que ha sido suspendido por la actual administración el año pasado y éste.
Los funcionarios del gobierno municipal que han sido interpelados al respecto durante los últimos quince meses, han invocado diversos pretextos para justificar su falta de apoyo, sin embargo, la participación ciudadana y las denuncias de los interesados, así como los insistentes señalamientos hechos en los medios de comunicación, han conseguido al menos destrabar la asignación de algunos recursos presupuestales en favor de ciertos organismos culturales, cuya entrega efectiva aún está por verse.
Para ofrecer una idea sobre el tamaño de la mezquindad presupuestaria que es objeto de comentario, basta considerar que el apoyo tardío autorizado el lunes pasado a los organismos culturales, no llega a cinco millones de pesos, en tanto que el costo de los servicios personales del Municipio en el renglón de "asesores", aumentó de nueve millones de pesos presupuestados el año pasado a cuarenta y nueve millones de pesos en el presente, lo que implica un incremento de más del quinientos por ciento, y acusa un saqueo infame de recursos públicos.
Sigue pendiente el lanzamiento de la convocatoria para el Fondo Único de Fortalecimiento de las ONG dedicadas a la asistencia social, que es la parte más sensible e importante del tema que nos ocupa, por lo que los ciudadanos debemos insistir en la exigencia sobre el particular, a fin de sacar al alcalde Eduardo Olmos y a su equipo, de la flojera y la distracción en que se encuentran.
