Durante semanas, cada vez que era cuestionado sobre la deuda pública de Coahuila, el gobernador Jorge Torres López respondía que en su Informe de Resultados daría los datos completos sobre la situación financiera del Estado.
No fueron los medios, sino el propio gobernador el que puso la fecha fatal del 3 de noviembre. Pero el informe llegó y se fue sin que hubiera nada que aportara algo de luz sobre los créditos obtenidos por el gobierno estatal en los últimos años y el destino que tuvieron.
Por el contrario, la ausencia del tema de la deuda en el Informe, salvo cuando el gobernador aludió a la necesidad de contratar créditos para hacer obra y a la renegociación de los mismos, hizo crecer la sospecha de que el gobierno estatal no puede explicar los créditos.
Según los cálculos publicados en El Siglo de Torreón, un comparativo entre monto de inversión informado por Torres López (52 mil millones de pesos) y los informes financieros publicados por la firma calificadora Fitch arrojan 18 mil millones de pesos sin explicar.
Los mismos informes de Fitch señalan una inversión pública total de 42 mil millones de pesos, de modo que para cuadrar este dato con la cifra aportada por el gobernador, 10 mil millones de pesos tendrían que haber sido gastados en el último año.
Esto se antoja imposible debido a la falta de recursos que actualmente sufre el gobierno estatal, con los programas sociales cancelados y una obra prácticamente nula. En La Laguna, por ejemplo, todas las obras programadas para terminarse este año están detenidas por falta de dinero.
El gobierno de Coahuila sigue en deuda (valga la expresión) con la población del Estado para explicar cómo se acumularon créditos por casi 34 mil millones de pesos, desglosar cuáles obras se hicieron con recursos ordinarios y cuáles con créditos o, de ser el caso, dejar claro si hubo necesidad de contratar deuda para cubrir subejercicios de participaciones federales.
Ni Torres López ni el gobernador con licencia Humberto Moreira han visto la necesidad de rendir cuentas. Está por verse el compromiso que asuma el gobernador electo Rubén Moreira con la transparencia sobre los créditos y la difícil situación financiera que heredará.
Si el Informe de Resultados es mudo ante el tema de la deuda, es de esperarse que las comparecencias de miembros del gabinete relacionados con el tema, como el titular del Satec, Ismael Ramos, o el tesorero estatal, Jesús Ochoa, arrojen más información.
Si no lo hacen, prácticamente estarán confirmando que no pueden cuadrar las cuentas.