Inclusión. Las personas mayores también acudieron a los panteones a homenajear a sus madres.
Entre 90 mil y 100 mil personas se volcaron al Panteón de Oriente
DANIEL ESTRADA, LEÓN ALVARADO Y ANTONIO RODRÍGUEZ EL SIGLO DE DURANGO El 10 de mayo es un día nostálgico para quien no tiene a su madre en vida. Los panteones se llenan de visitantes; algunos se abrazan de las tumbas y sollozan al recordar los afables momentos al lado de su progenitora, mientras que otros solo contemplan por largo tiempo los sepulcros, como queriendo regresar el tiempo.
Flores, invitaciones a comer, regalos de todo tipo, tarjetas, poesías, festivales y demás. Todo gira en torno a las madres; se trata de hacerlas felices en su día, aunque otros lo más que pueden hacer por quien les dio la vida es demostrar que no la han olvidado a pesar su partida.
Ayer desde las siete de la mañana el Panteón de Oriente abrió sus puertas, para quienes desde temprano acudieron a llevar flores, arreglar una tumba, o simplemente pasar un momento de recuerdos. El lugar se comenzó a llenar con el paso de las horas.
Niños en brazos y carreolas, mujeres embarazadas, ancianos con bastón y en silla de ruedas; ningún miembro de la familia se quedó en casa: todos se fueron juntos a recordar a la mamá o a la abuela, aunque no faltaron los solitarios cuya melancolía era evidente.
Visitar el panteón en 10 de mayo es una tradición que en Durango, lejos de menguar, crece y se transmite por generaciones y prueba de ello la dan miembros de la familia García Torre, cuya abuela acude al camposanto en esta fecha, desde hace 40 años y, ahora, sus nietos la acompañan.
Y es que de acuerdo con las expectativas de la Administración del Panteón de Oriente, por lo menos visitaron el lugar entre 90 mil y 100 mil personas, desde las 7:00 horas, hasta el ocaso. La mayoría de los visitantes disfrutó de un cielo nublado, evitando la deshidratación y el cansancio.
Algunas familias llevaron algo para comer junto a la tumba de su "viejita"; para quienes no llevan y les dio hambre, no faltaban las tortas de jamón, cocteles de fruta y frituras; para la sed, aguas frescas y tepache.
Ya para el mediodía el lugar es un contraste de emociones: algunos sonríen y comparten anécdotas evocando a sus progenitoras; otros, por el contrario, lloran como si su madre apenas los hubiera dejado, más si les llega o les trae un recuerdo la letra de una canción entonada por los tradicionales conjuntos norteños.
PREPARACIÓN
Jesús de la Torre Torres, administrador del Panteón de Oriente, platicó que desde hace dos meses comenzaron los preparativos para dejar limpio el cementerio para el Día de la Madre. Para ello se recolectaron 200 toneladas de basura, escombro y tierra.
De esta forma trataron de dejar lo más presentable posible la superficie de 28 hectáreas que ocupa el camposanto, en donde además fueron construidas diez piletas para tener en total 40, que ayer fueron llenadas de agua con el apoyo de cinco pipas.
Resguardaron el cementerio 30 elementos de Seguridad Pública, además de los agentes de Vialidad, mientras que también se contó con el apoyo de brigadas de Salud, Cruz Roja y Protección Civil.
Mientras tanto, los trabajos en proceso, que consisten en el revestimiento de piedra en los caminos, se detuvieron para permitir caminar con libertad a los visitantes, aunque se espera que ya para el próximo 10 de mayo puedan ser utilizados. Por lo pronto, se lleva un avance de 500 metros cuadrados.
RESGUARDO
Felipe de Jesús Cortez, director de Protección Civil Municipal, informó que en el Panteón de Oriente se mantuvo a 14 elementos durante todo el día, apoyados con dos cuatrimotos, una unidad de ataque rápido y dos unidades de rescate.
La cobertura también se hizo en los demás panteones; en el Getsemaní estuvieron siete elementos de planta y una unidad de rescate, mientras que en el Jardín, Sabinos, La Ferrería y El Nayar se hicieron constantes recorridos.
Participaron los escuadrones de paramédicos, de inspección y bomberos, que se dividieron el trabajo relacionado con la atención personalizada de auxilio, verificación de los puestos de comerciantes y la prevención de siniestros.
N Visitar la tumba de la madre, en 10 de mayo, es una tradición que crece.
