Con un ruido inusual, los familiares de los jugadores arribaron al TSM y de inmediato se dirigieron a las canchas de entrenamiento.
La motivación e ilusión de cada uno de los Guerreros radica en el seno familiar, por lo que en el último entrenamiento que tuvieron en el TSM antes de partir a la Sultana del Norte, sus propias esposas, hijos y amigos, tomaron el rol de porristas y los apoyaron desde la práctica con tambores, banderas, cornetas y ruidosas porras.
Los santistas se mostraron sorprendidos, pero a la vez contentos y agradecidos con el detalle. Todos juntos asistieron a misa y la celebración eucarística en la Parroquia de Todos los Santos, pero el apoyo no paró ahí, ya que los 'escoltaron' hasta el Aeropuerto, en un trayecto lleno de colorido.