En el potrero de agricultura denominado El Toro, en el poblado Navajas, del municipio de Durango, se encontraron cuatro cuerpos, hasta el momento no identificados.
Los cadáveres estaban semienterrados en una fosa clandestina y presentaban impactos de bala.
El hallazgo se hizo cuando Miguel Ángel Valles decidió ir a visitar a su hermano, por lo que al salir caminando, a la altura del potrero en mención, se percató de que varias aves de rapiña estaban devorando algún animal.
Por lo que decidió acercarse para verificar que no fuera algún animal de su ganado y se dio cuenta de que eran restos de una persona.
Cabe mencionar que todos los cuerpos presentan un tiempo de muerte de aproximadamente 45 días.