Era tal el descrédito que suponía para el Gobierno Federal y el Ejército la liberación Jorge Hank Rhon por falta de méritos, que muchos calculábamos que la acusación estaba suficientemente sustentada para que se le dictara formal prisión. Pero la juez federal Blanca Evelia Parra Meza consideró que no había pruebas suficientes y decretó la madrugada de ayer su auto de libertad por la acusación de acopio de armas.
El ministerio público federal no pudo demostrar flagrancia (es decir, que el delito se estaba ejecutando en el momento de la detención), calidad ésta que justificaba la participación del Ejército en la incursión y detención del exalcalde de Tijuana en una de sus propiedades.
La Secretaría de la Defensa Nacional había informado del operativo en un comunicado el 4 de junio, que decía:
"Los hechos ocurrieron en atención a una denuncia ciudadana, la cual hacía referencia sobre (sic) la presencia de tres personas armadas a inmediaciones (sic) del hotel Palacio (en realidad las Suites Royal), mismos que al ser aprehendidos por el personal militar, señalaron que en un domicilio de la colonia Hipódromo (avenida Hipódromo 12027) ocultaban armamento. A consecuencia de lo anterior, el personal castrense se desplazó a la citada colonia, localizando el inmueble de referencia, detectando fuera del mismo a personas armadas, quienes se introdujeron al domicilio. Ante la flagrancia de este ilícito, se les persiguió al interior del mismo, donde se aseguró a ocho personas más (entre ellos Hank Rhon) y se localizó lo siguiente: 40 armas largas, 48 cortas, 9 mil 298 cartuchos útiles, 70 cargadores y una granada de gas".
Esta descripción de hechos fue echada para abajo por la defensa del también propietario de las casas de juego Caliente, con los videos de seguridad de la residencia. Al menos los fragmentos que se mostraron por televisión no avalaban la presencia de gente armada en las afueras de la casa y se infiere, si no es que media acto de corrupción, que las imágenes de lo ocurrido adentro tampoco avalaron ante la juzgadora lo descrito en el comunicado de la Sedena.
En el razonamiento de su sentencia, la juez Parra Meza concluyó que las detenciones de los inculpados se suscitaron en circunstancias distintas a las narradas en el parte informativo suscrito por elementos del Ejército y que "quedaron evidenciadas diversas inconsistencias en relación con horarios, distancias y lugares que los elementos militares refieren como aquéllos en los que se efectuó la detención". El auto de libertad de Hank Rhon se dictó a la 1:10 horas de ayer, pero fue hasta las 5:50 que salió del penal de El Hongo, ubicado en la ciudad de Tecate. Durante dos horas no se supo de su paradero. A las 7:50, su abogado Óscar Téllez lo ubicó en la Unidad Antisecuestros de la Procuraduría de Baja California en Playas de Tijuana. Ahí se le llevó en calidad de presentado por una nueva imputación: ser el autor intelectual del asesinato de Angélica María Muñoz Cervantes, novia de su hijo Sergio Hank Krauss, ocurrido el 13 de agosto de 2009. Y así, en lo que parecía un intento desesperado por retenerlo, salió de ahí a las 9:40 horas para ser llevado a un hotel ubicado en la Mesa de Otay.
En ese momento, se dijo que estaba arraigado, pero horas después, poco antes de las cinco de la tarde, un juez del fuero común negó el arraigo solicitado, por las irregularidades con que fue tramitado. Hank quedó libre y se fue para su casa, incluso con la posibilidad de contrademandar por privación ilegal de la libertad.
En este espacio le había comentado que la fama pública y algunas acciones de Hank Rhon seguramente darían para que fuera procesado, pero las cosas se hicieron tan mal que ahora quedó como víctima y con muchas posibilidades de disputar otra vez la gubernatura de Baja California y ganarla. ¿Puede usted imaginar cómo queda el Ejército después de este episodio? Aumenta el descrédito sufrido por una de las instituciones que hasta hace cuatro años era una de las más confiables, si no es la que más, para la ciudadanía. ¿Se castigará a los responsables del operativo, a saber los generales de Brigada Alfonso Duarte Mújica y Gilberto Landeros Briseño, comandantes de la II Región Militar y de la II Zona Militar, respectivamente? ¿O a los responsables de una acción que no puede ocultar su intención político-electoral, empezando por el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora que, de ribete, es bajacaliforniano?
Queda claro, por lo demás, que el asunto no ha terminado. Se sabe que agencias estadounidenses, como la DEA y el FBI, investigan a Hank por delincuencia organizada y "lavado" de dinero. Una línea de investigación pretende relacionar las armas encontradas en su casa con los arsenales decomisados en días pasado, presumiblemente a Los Zetas, en diversas localidades de Coahuila.
Por lo pronto, en el primer capítulo de esta historia, muy mal queda el Ejército y Felipe Calderón.
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