Bajo la firma del senador Graco Ramírez y el respaldo de representantes de las bancadas del PRD, PRI, PAN y Verde Ecologista, ayer se planteó un punto de acuerdo para exigir a Petróleos Mexicanos clarificar su ruinosa asociación con la Impulsora Jalisciense para crear la empresa Mexicana de Lubricantes.
El cálculo habla de un quebranto para la paraestatal, léase para el país, de tres mil 375 millones de dólares, en un escenario de 18 años de canonjías sin límite, pleitos de barandilla, fraudes, simulaciones y ocultamiento sistemático de información.
La cadenita alcanza al ex presidente Carlos Salinas de Gortari; al ex director de Pemex, Francisco Rojas Gutiérrez; al ex director de Pemex Refinación, José Antonio Ceballos y, naturalmente, a los directivos de la firma mixta productora de aceites y lubricantes, encabezados por Salvador Martínez Garza.
El texto, en redundancia a otro similar planteado el cuatro de marzo de 2008 por el propio legislador, documenta una serie de inauditos que han transitado por tres sexenios, ya priistas como panistas, con total impunidad.
De entrada, hete aquí que la licitación para vender 51% de las acciones de la empresa pública que producía aceites y lubricantes bajo la marca Pemex, nunca se publicó en el Diario Oficial, en contravención del Artículo 134 de la Constitución.
Más allá, el 7 de septiembre de 1992 la paraestatal aceptó la oferta de una firma denominada Grupo Industrial de Compuestos Químicos, a la que se planteaba como integrante del Grupo Industrial Martínez Garza, por más que en ningún momento acreditó experiencias en el ramo.
Lo grave del caso, además, es que al final del día ninguna de ellas resultaría la socia efectiva de Pemex, dado que el rol lo asumió la Impulsora Jalisciense. Y lo grave del caso, además, es que tanto ésta como el Grupo Industrial Martínez Garza fueron creadas en épocas posteriores a la licitación.
La paraestatal, pues, negoció con fantasmas.
La Impulsora Jalisciense fue constituida el 11 de enero de 1993, en tanto el Grupo Industrial Martínez Garza surgió tres días antes.
El contrato que permitió la creación de Mexicana de Lubricantes, por lo demás, le daba todo y más al socio privado. De entrada, se le regaló la marca Mex Lub que pertenecía a la firma Bardhal, a cuyo dueño se le dobló la mano para cederla a título gratuito. Más allá, la firma tendría exclusividad para vender sus productos en la red de gasolineras de la paraestatal. En paralelo, Pemex no competiría con la firma, otorgándole una concesión de suministro permanente de insumos.
Aun así, hete aquí que en el inaudito de la historia, el pago del monto comprometido por la maquinaria y demás activos de Pemex, en paralelo a la penetración de mercado alcanzada, se realizó... ¡con un cheque de la cuenta de Mexicana de Lubricantes! de Banco Confia, encabezada entonces por Jorge Lankenau.
Dicho con todas las letras, Pemex contribuyó a pagarle a Pemex. En el país más tramposo del planeta, el pago debió haberlo realizado la Impulsora Jalisciense.
Y si le seguimos, para completar la cuenta Mexicana de Lubricantes le solicitó a Banpaís un préstamo quirografario de 60 millones de pesos... que se pactó a espaldas de Pemex. A quién le importa si las plantas productoras de aceites y lubricantes de Pemex constituían una empresa que se ubicaba en el escalón 40 de las firmas más rentables del país, con un capital de 366 millones de dólares, y ventas netas de 235 millones de dólares.
Las ventas de la filial representaban el dos por ciento de la facturación total de Pemex. La paradoja del caso, es que, aun con la carga de regalos a cuestas, la firma empezó a registrar pérdidas, en un escenario en que si éstas se acumulaban durante tres años consecutivos se revocaría la sociedad. Para evitar el golpe la firma dejó de celebrar asambleas de socios a partir del año 2000 y hasta el 2006, lo que obligó a Pemex a demandarla ante la Procuraduría General de la República.
De acuerdo a los artículos 33 y 67 de la Ley Federal de Entidades Paraestatales y 63 a 65 del Reglamento Interno de la Secretaría de la Función Pública, las empresas con participación estatal están obligadas a rendir cuentas.
En la lucha, Pemex debió realizar otras acciones legales para obligar a la firma de auditoría Pure Water House Cooper, a entregar los estados financieros de Mexicana de Lubricantes, lo que se logró a medias. El escenario lo pintó nítido, en el 2006 el comisario del Sector Energía de la Secretaría de la Función Pública, al señalar que "hay una falta de fiscalización por parte del Gobierno Federal, así como un manejo ventajoso por parte de los accionistas mayoritarios, lo que compromete la inversión del Estado".
Hora cero para Mex Lub.
BALANCE GENERAL
Textualmente, la propuesta de reforma fiscal que empujan los senadores Manlio Fabio Beltrones, Francisco Labastida y María de los Ángeles Moreno que circula en gira de cabildeo entre los organismos empresariales, señala como uno de los atenuantes frente a la exigencia de mantener intacta la tasa del Impuesto Sobre la Renta para personas físicas, el que "se permitiría a éstas deducir el costo de la educación básica que es obligación del Estado impartir, por el equivalente al costo promedio por alumno que se eroga en las escuelas públicas".
Ergo, sí hubo plagio presidencial.
Digamos que mientras se discutía la alternativa, en un escenario de lucha de priistas contra priistas, el presidente Felipe Calderón, es decir el Partido Acción Nacional, se adornaría con cachucha ajena por la vía simple de un Decreto. Naturalmente, la comparsa la jugó la Secretaría de Hacienda, al colocar reglas que permiten la fiscalización efectiva de los colegios particulares.
NO, GRACIAS
Aunque la Presidencia de la República planteó un escenario feliz en la reunión del miércoles pasado en Los Pinos con los directores de 58 firmas multinacionales asentados en México, señalando que éstas ratificaron su confianza en el futuro del país, lo cierto es que ninguna de ellas arriesgó cifras de inversión para este año. La tradición, desde la era priista, era que al final del besamanos se colocaba en la mesa una lista de apuestos que se iban desgranando a lo largo del año.
Digamos que ante los inauditos niveles de inseguridad en el país los hombres del dinero optaron por un diplomático sí... pero no.
Queremos, pues, pero las balas no nos dejan.
Al cónclave asistieron representantes de firmas como Siemens, Volkswagen, Wal Mart, Unilever, Holcim Apasco, General Electric, Kansas City Southerm, Pfizer, Santander, Banamex, OHL de México, Metlife, Exxon Mobil y Bombardier.
LA LIBRÓ GRUMA
Entrampado en el 2008 con una serie de operaciones fallidas en el rubro de derivados, finalmente el Grupo Maseca logró reducir su deuda a la mitad con los nueve mil 232 millones obtenidos por la venta de su participación en Banorte.
La operación le permite recuperar el "grado de inversión" o solvencia plena de las calificadoras de deuda, de cara a futuras emisiones.