Hoy eligen al dirigente de la CMIC
Radiografía Política / Dorador Provocador Hoy se consuma la renovación de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), y no hay pronóstico reservado: el nuevo dirigente del organismo será Pablo Rivas, que no perdió tiempo en generar escándalos en medios y, por el contrario, se concentró en convencer a la mayoría de los socios de este poderoso organismo de empresarios duranguenses.
Por su parte, Ernesto García Rosales, de acuerdo con las proyecciones, deberá reconstruir lo que pudo dejar resquebrajado al interior de un sector en el que no sobran manos, y todas las empresas son necesarias para hacer frente a los retos de la obra pública y privada. Fuentes dignas de crédito le otorgan a Pablo Rivas una ventaja razonable sobre García Rosales, y que la votación será copiosa, como no se registra desde hace varios años, pues en procesos de renovación anteriores se registraban candidaturas de unidad, como sucede en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), organismo que será presidido por el empresario fabricante de muebles, Manuel Rodríguez Rocha.
Y es que en este CCE no quieren regresar a los días de convulsión que vivieron cuando arribó Carlos García Cruz, época en que inició una rebelión de organismos empresariales que se desmarcaron del Consejo Coordinador y provocó distracción entre los hombres y mujeres de empresa, pues los reflectores estaban situados sobre el conflicto más que en el potencial productivo de organizaciones de este tipo. CMIC y CCE viven escenarios muy distintos; por un lado, el de los constructores, algunos apuestan a que prevalecerá la confrontación, mientras que del lado de los organismos empresariales, todo apunta a la continuidad en un proyecto de cadenas de producción, así como de mantener sanas las relaciones con las instituciones.
Durante mucho tiempo se comentó de los ataques de ira del senador panista Rodolfo Dorador; era común escuchar historias entre sus correligionarios de sus constantes regaños a sus subordinados como Juan Quiñones, al cual, en esos momentos de furia, se dirige con improperios y maldiciones.
Hace algunos años en un partido de futbol, deporte favorito del senador, hubo una entrada fuerte sobre el panista por parte de un joven que le produjo una fractura. El pobre muchacho, hijo de un priista por cierto, hasta tuvo que esconderse y darle las vueltas al ex candidato a la presidencia municipal porque este había jurado que cuando lo viera se cobraría la "afrenta".
Cuando comenzó la campaña electoral de 2010 Dorador comentó que ya había aprendido la lección de 2007 y que no caería en provocaciones, así fueran insultos, ya que sus opositores sabían que era de sangre caliente y que se habían aprovechado de eso. Cumplió a cabalidad su cometido durante la campaña; sin embargo, pareciera que solo fue momentáneo su control de ira.
Ayer en conocido restaurante de la Zona Centro de la ciudad, se encontraba el senador Rodolfo Dorador platicando con un comunicador cuando llegó al mismo lugar el regidor y dirigente municipal de la CNOP, Gabriel Montes Escalier, quien saludó a los dos personajes; sin embargo, el panista lo dejó con la mano extendida. El ex líder la FEUD se retiró pero en eso Dorador dijo en voz alta un improperio dirigido a Montes Escalier; el comunicador quiso calmar al panista pero este repitió el improperio ahora con más fuerza; el regidor se regresó a increpar al senador por la agresión verbal a sus espaldas; Dorador entonces quiso irse a los golpes sino es porque el comunicador lo contuvo. Dorador no olvida que fue Gabriel Montes, entonces presidente de la FEUD, quien puso en evidencia la guerra sucia que realizó su operador político Salvador Cháirez en 2009, cuando jóvenes panistas haciéndose pasar por miembros de la FEUD denostaban al PRI; al menos hubiera actuado con clase, y no como un "porro". Y esos son nuestros representantes...
CON ESOS AMIGOS...
"Pepe no es panista; Pepe no es perredista; Pepe sabe que en su más íntima intimidad su corazón late por el color rojo". Esas fueron las palabras de Emilio Gamboa Patrón, presidente nacional de la CNOP, cuando se le preguntó sobre José Rosas Aispuro. El priista dijo que Aispuro es su amigo, que a pesar de que anduvo de candidato con otros partidos todavía trae las secuelas priistas; lo que sí es que Aispuro tuvo 25 años de militancia dentro del PRI, conoce todas las mañanas tricolores y sería muy complicado quitarse las memorias de encima. Olvidar 25 años de militancia resulta complicado, más cuando no se obtuvo el triunfo en las elecciones pasadas. Por eso Emilio Gamboa dijo lo que dijo.