De acuerdo a la versión del Gobernador del estado, Mario López Valdez, el acto se trató de un hecho macabro, cronometrado y ejecutado por profesionales.
Siete de los dieciséis cuerpos hallados calcinados en Culiacán, dentro de dos vehículos a los que les prendieron fuego, han sido identificados; tres de los cuerpos corresponden a policías municipales de Angostura y cuatro a civiles, todos ellos presuntamente secuestrados por un grupo armado.
El Procurador de Justicia del estado, Marco Antonio Higuera Gómez, dijo que en la camioneta Ford Ranger, cabina y media, matricula UB-08505, incendiada en el desarrollo urbano Tres Ríos, en la que se encontraron cuatro cuerpos carbonizados, dos de ellos han sido identificados y entregados a sus familiares para su sepultura.
Ambas victimas pertenecían a la Policía Municipal de Angostura, los cuales habían sido secuestrados junto con el comandante Santos Cárdenas Hernández por hombres armados dos días antes en la sindicatura de Palmitas.
Con los peritajes forenses y evidencias recabadas por su vestimenta, de los doce cadáveres encontrados quemados, en la caja de una camioneta Nissan, de redilas, matricula UA 05257 incendiada en la colonia Rosales, solo cinco de ellos han sido identificados.
Se trata del comandante de la Policía de Angostura, Santos Cárdenas Hernández y de los civiles, Martín y Guadalupe "N", Pedro "N" y Pedro "N" los cuales, junto con dos personas más, también habían sido secuestrados por hombres armados.
El Fiscal General del Estado declinó hacer mas comentarios al respecto, en virtud que peritos y forenses buscan establecer las identidades de los nueve cadáveres restantes con base a archivos de reportes de personas desaparecidas o secuestradas para cotejar sus datos.
De acuerdo a la versión del Gobernador del estado, Mario López Valdez, el acto se trato de un hecho macabro, cronometrado y ejecutado por profesionales, los cuales conocían las zonas donde se carece de cámaras de video o no sirven para prenderle fuego a los vehículos.
Valdez hizo conocer que, con base a las primeras investigaciones, los quince varones y una mujer incinerados en dos camionetas fueron privados de la vida en un lugar distinto y luego transportados en una camioneta de redilas y otra cabina y media para luego prenderles fuego.
"Los presuntos responsables conocían rutas de desplazamiento, zonas de vigilancia y horarios en que se realizan los relevos de los agentes policíacos, por lo que actuaron con ventaja para no ser observados".