Íker Casillas llegó ayer a la Ciudad de México.
En medio de un caos en el aeropuerto de la Ciudad de México, arribó el arquero campeón del mundo Íker Casillas, quien dará unas clínicas de futbol en la capital y después en Monterrey, Nuevo León.
Decenas de aficionados se dieron cita sin obtener el ansiado autógrafo, ya que fue imposible acercarse al jugador debido al fuerte operativo de seguridad que lo acompañó en todo momento.
Con monosílabos, el arquero contestó algunos cuestionamientos de la prensa. Aceptó estar sorprendido por el recibimiento y las muestras de cariño de los seguidores del Real Madrid, quienes esperaron por espacio de dos horas la llegada del arquero procedente de Bogotá, Colombia.
Los aficionados que se dieron cita no sólo portaban la casaca merengue, también vistieron la roja de La Furia, incluso, algunos se envolvieron en la bandera de España, intentando llamar la atención del seleccionado nacional. Al ver el enjambre de reporteros y aficionados, autoridades del aeropuerto decidieron sacar al arquero por otra puerta.
Y lo hicieron sin éxito, porque no se libraron de los comunicadores, que lo rodearon, pero pocos pudieron acercarse porque fue resguardado por cerca de ocho personas que, entre empujones, le abrieron paso para que subiera a una camioneta.