Además de ser una de las principales causas de muerte a nivel nacional, las enfermedades cerebrovasculares o embolias se han convertido en el primer motivo de discapacidad en México.
"La persona que las padece tiene un riesgo alto de morir y si sobrevive, tiene un alto riesgo de quedar incapacitada.
"Un tercio de los pacientes que sufren una enfermedad cerebrovascular fallece, otro tercio queda muy incapacitado y el otro tercio logra realizar actividades que previamente hacía pero con dificultad, y un porcentaje muy pequeño se recupera por completo", destacó Antonio Arauz Góngora, presidente de la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), tan sólo en 2008 -último dato disponible- murieron 30 mil 246 personas a causa de una enfermedad cerebrovascular (ECV) o embolia, lo que la ubicó como la sexta a causa de muerte a nivel nacional.
La prevalencia fue mayor en las mujeres, entre quienes las embolias son el cuarto motivo de fallecimientos en el país.
De mantenerse las tendencias señaladas por Arauz, otros 30 mil mexicanos quedarían con una discapacidad cada año tras haber sufrido una enfermedad cerebrovascular.
En entrevista, el también neurólogo del Instituto Nacional de Neurología explicó que los pacientes que quedan con secuelas físicas después de sufrir una embolia, resienten principalmente afectaciones en su movilidad, lo que los hace dependientes de otras personas.
"Cuando hay un infarto cerebral, una parte del cerebro deja de funcionar y cada parte del cerebro tiene una función específica. Lo más frecuente es que no pueda usar la mitad de su cuerpo, lo que afecta el lenguaje, la capacidad para realizar actividades de la vida diaria como comer, vestirse, moverse, caminar, subir escaleras, bañarse, no pueden hacer esas labores y necesitan apoyo para hacerlas", describió Arauz.
En tanto, investigaciones del Instituto Nacional de Cardiología indican que las secuelas de una ECV van desde distrofias, trombosis, sepsis urinaria, hemorragias internas, neumonías y bronconeumonías hasta epilepsia o depresión.
Además del daño físico, el especialista advirtió que las ECV tienen un fuerte impacto en la economía y en la rutina de las familias que las sufren, debido a la imposibilidad del paciente de valerse por sí mismo.
"Cuando hablamos de dinero en estas enfermedades, uno tiene que contemplar el costo que representa atender a un paciente en un hospital, pero también los costos posteriores, los indirectos, porque estos pacientes requieren de cuidados constantes.
"A veces cuando hay facilidades económicas se contrata a un cuidador, pero en otras ocasiones alguien de la familia tiene que dejar de trabajar para cuidar al enfermo y si éste era alguien económicamente activo también es un costo que deje de ser productivo. Son gastos muy elevados a corto y a largo plazo", dijo.
ANTONIO ARAUZ
Presidente de la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral
Para saber más
Datos sobre la enfermedad.
⇒ Los pacientes que quedan con secuelas físicas después de sufrir una embolia, resienten principalmente afectaciones en su movilidad, lo que los hace dependientes de otras personas.
⇒ Las ECV tienen un fuerte impacto en la economía y en la rutina de las familias que las sufren, debido a la imposibilidad del paciente de valerse por sí mismo.
