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Incertidumbre

Diálogo

YAMIL DARWICH

Ilya Prigogine, profesor de la Universidad Libre de Bruselas, Premio Nobel 1977, dice: "El siglo que ahora se abre sin duda verá la emergencia de una nueva idea de racionalidad, en la que la razón no estará ya asociada a la certeza, ni probablemente a la ignorancia. En este contexto, la creatividad de la naturaleza y la del hombre hallarán su lugar verdadero". Se refiere a lo definido como "Sociedad de la Incertidumbre".

Los mayores, podemos entender el concepto cuando comparamos nuestros ritmos de vida con juventud, contra la que viven los jóvenes.

Entonces, los planes de desarrollo humano, podíamos hacerlos con alto grado de certidumbre; los profesionistas y otros emprendedores, sabíamos que alcanzaríamos calidad de vida suficiente y planeábamos la formación de lo que sería nuestra familia, incluidas las necesidades básicas.

En cuestiones laborales, los trabajadores lograban un empleo estable, -si es que se cumplían con los requerimientos del puesto- en la tranquilidad que generaba la llegada del sueldo cada quincena. Actualmente, las empresas y comercios no tienen garantías de sobrevivir y sus empleados saben que pueden quedar desempleados.

La planeación de un negocio incluía conceptos de tiempos cortos, medianos o largos -de cinco años o más- y los empresarios, con sus directivos, buscaban cumplir con cada una de esas etapas, en la confianza de que al final alcanzarían el éxito. Hoy día, la planeación de una empresa requiere de períodos mucho más cortos y un largo plazo puede medirse en un año o menos.

Actualmente ya no hablamos de las certezas; nos hemos desplazado al mundo de probabilidades, donde constantemente cambia la realidad. Vivimos en un planeta globalizado que permanentemente se redefine y construye, generando como consecuencia: incertidumbre.

A esa realidad nos hemos adaptado aprovechando nuestras particularidades humanas, siendo capaces de modificar posturas, actitudes y acciones; sin embargo eso genera ansiedad, que a su vez nos mina con enfermedades orgánicas novedosas, caso del burn off, -"estar quemado"-.

Se incluye la volatilidad de economías y mercados; hoy, el que fuera el país más rico del mundo, EUA, enfrenta problemas de economía que les amaga con perder la calidad vida que han disfrutado desde muchos años atrás; países extremadamente pobres, caso de China, se transforman en potencias mundiales que alteran el orden del mundo. Tan sólo recuerde la crisis de cereales que vivimos en años anteriores; según expertos, se debió al exceso de consumo del mercado interno del país oriental, no calculado adecuadamente por los conocedores del tema.

Ahora se requieren nuevas particularidades que deben poseer los profesionistas del presente, entre ellas la tolerancia y la capacidad para absorber la frustración.

El acortamiento de las distancias, gracias a la velocidad de las máquinas de trasporte, ha generado mayor contacto entre personas de culturas disímbolas; un mexicano trabaja codo a codo, en equipo multicultural -ya pasó de moda buscar únicamente la multidisciplinariedad- con norteamericanos, orientales y/o europeos; conocer sus costumbres, hábitos, creencias y preferencias en temas sociales, religiosos o de trabajo es información indispensable, si es que se quiere pertenecer al grupo en cuestión; la capacidad para adaptarse incluye la tolerancia.

Para absorber la frustración, debemos entender que la competencia internacional nos debe hacer más eficientes y efectivos; no es extraño que algún proyecto se salga de nuestras manos porque no fuimos rápidos en tomar la decisión siendo competitivos en calidad y precio. Aquellos que no estén preparados para reconocer la derrota y asimilarla como experiencia, retomando el camino de la vida, estarán perdidos.

Así, la incertidumbre definida como duda o indecisión, contraria a la certeza, es un componente de la cotidianeidad.

Actualmente, la toma de decisiones del día con día en lo familiar, social o laboral se vuelve más importante, debiendo aprender a conocer y convivir con la incertidumbre sobre los resultados que esperamos obtener.

La calidad de vida emocional también es afectada y la atención a la salud mental cada día es más importante. No son pocas las instituciones, -de todo tipo- que exigen en sus empleados participación en programas de salud integral, considerando lo fisiológico, psicológico y social, incluyendo a las familias.

La infelicidad está agazapada, más que nunca, a la espera de una oportunidad para hacernos presa de ella; enseñar a defendernos de esa incertidumbre, es un renglón pendiente en las instituciones de educación y en los medios laborales.

Analizar nuestra realidad y aprender a ser valientes, pero conservadores en las decisiones, es uno de los muchos remedios que se pueden aplicar al caso; evaluar las verdaderas necesidades y atenderlas con previsión es otro remedio efectivo; encontrar formas de retroalimentación del espíritu, al interior de las familias y agrupaciones, buscando la energía para ello, es una buena alternativa; sobre todo, conocer y evitar los pensamientos que generan frustración es, tal vez, de lo más importante. ¿Usted qué piensa?

Ydarwich@ual.mx

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