Sin solución. El problema de la comercialización del frijol siempre se presenta cada año, en mayor o menor grado.
Rubén Escajeda Jiménez, dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos (CNC) en Durango, consideró increíble que al término del primer trimestre del año, Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca) no haya entregado la carta de adhesión a las acopiadoras.
El líder campesino explicó que dicho documento especifica el volumen autorizado para captación de frijol de cada acopiador.
Por eso, es inexplicable que sea tan tardada la expedición de un documento básico para el acopio y comercialización del frijol, una actividad agrícola en la cual Durango participa con volúmenes considerables.
"Parece que lo hacen a propósito, y todo eso obliga a que el recurso económico correspondiente al subsidio no sea liberado a tiempo de parte de la Federación para el acopiador", mencionó Escajeda Jiménez.
La CNC ha mantenido presión en las oficinas de Aserca y en las propias bodegas de acopio de frijol, pues requieren con urgencia de un recurso con el que sostienen a su familia y continúan su ciclo de trabajo.
IMPACTO
A la fecha, son alrededor de 15 mil toneladas las que no han sido pagadas, con afectación a alrededor de 600 productores de la entidad, además de que 120 cheques han sido "botados".
Sin embargo, hay acopiadores que pagaron el 50 por ciento; algunos más, otros menos a quienes les vendieron su producto, por lo que la afectación es diferida.
Citó que en el caso de Cuencamé, ya se da el caso de acopiadoras cerradas por los productores, como una forma de proteger que el producto que no se les ha pagado no salga.
