"La ciencia es la madre del Conocimiento, pero la opinión genera ignorancia."
Hipócrates
El "comunicado" con el que el grupo denominado Individualidades Tendiendo a lo Salvaje justificó el atentado del 8 de agosto que hirió a dos profesores del Tec de Monterrey es un ejemplo de las deficiencias de la educación en México. No es sólo confusa la redacción sino patéticas la ignorancia científica y la falta de lógica de estos activistas que enarbolan el lema: "La naturaleza es el bien, la civilización es el mal."
El documento empieza con la frase: "El continuo desarrollo de la tecnología empeorar (sic) la situación." En un lenguaje que pretende ser científico, pero que peca de incoherencia, señala que la nanotecnología ha crecido en México: "Por esto, han puesto dentro de las aulas universitarias ingenierías y cátedras que su fin sea la preparación profesional de mentes moldeables que no sólo quieran obtener un papel que acredite sus estudios, sino que deseen verdaderamente contribuir con sus conocimientos científicos al desarrollo y levantamiento de la nanobiotecnología, para obtener lo que el sistema quiere: La total Dominación de todo lo potencialmente libre." (Así está escrito, de verdad.)
La nanotecnología es la aplicación de técnicas diversas en dimensiones muy pequeñas, usualmente a nivel de la molécula o del átomo. La nanobiotecnología, parte de la anterior, es la aplicación de estas técnicas a moléculas orgánicas. La nanotecnología puede permitir la creación de materiales nuevos y tendrá consecuencias muy importantes en la industria y la medicina.
Las "individualidades tendiendo a lo salvaje" (me imagino que éste sería el término para designarlos) alertan que "La aceleración cada vez más rápida de la Tecnología llevara (sic) a la creación de nanociborgs que se puedan autoreplicar automáticamente sin la intermediación del ser humano" (sic). El mundo podría así ser inundado por "una plaga gris (grey goo en inglés)... causada por millones de millones de nanopartículas autoreplicandose (sic) voluntariamente sin control por todo el mundo, destruyendo la biosfera y eliminando por completo toda vida animal, vegetal y humana en este planeta".
La mala gramática y la peor ciencia llevan, a través de una deficiente lógica, a una alucinante paranoia. Cuando los autores del atentado consideran la posibilidad de que la nanotecnología pueda permitir la producción de medicinas o vacunas seguras, se responden a sí mismos: "Pero, ¿de cuántos medicamentos no han dicho lo mismo y que en un momento determinado se ha comprobado la creación de más enfermedades por reacción de dichas sustancias?". El "Sistema Tecnoindustrial siempre ha hecho creer que inventa este tipo de curas para que la humanidad viva mejor..., pero lo que muchxs (sic) no se dan cuenta, es que el sistema hace esto para que la gente sea mucho más dependiente a él".
No es la primera vez que surgen en el mundo personas que, por ignorancia o mala fe, buscan detener el avance de la ciencia y la tecnología. La Iglesia Católica se opuso durante siglos a las disciplinas que nos permitieron saber que la Tierra es redonda o que los seres vivos sufren una evolución por selección natural. Los luditas en la Gran Bretaña del XIX destruían maquinaria textil porque pensaban que ésta acabaría con sus empleos.
Nuestras "individualidades" están buscando ahora matar científicos de gran preparación y capacidad con el argumento de que buscan proteger a la humanidad. No han gozado de la educación que les permita saber que la ciencia y la tecnología han ayudado, más que cualquier otro factor, a mejorar la vida de los seres humanos.
¿A QUIÉN CULPAR?
Las bolsas de valores de Estados Unidos cayeron nuevamente ayer, ahora en más de 4 por ciento. Ésta vez ya no ha sido posible echarle la culpa a Standard & Poor's. Quizá en algún momento entiendan que el problema no es una calificadora sino los problemas fundamentales de las economías de Estados Unidos y de Europa.
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