Funeral oficial. Una fotografía cedida por la agencia oficial Siria, en la que aparecen oficiales en un funeral de cuatro policías.
Los cuerpos de 20 personas muertas a disparos fueron llevadas ayer miércoles a un hospital en la región central de Siria, en la señal más reciente de la represión desatada por el régimen del presidente Bashir al Assad, denunciaron activistas.
Las víctimas fueron asesinadas el martes por la noche en Rastan, un pueblo que ha visto una fuerte represión militar en contra de opositores del presidente en los últimos días, agregaron los activistas.
Los cuerpos fueron llevados a la ciudad central de Homs, dijeron los activistas que hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias por parte del gobierno.
La muertes elevan a 36 el número de personas muertas desde el sábado en Rastan y en los pueblos cercanos de Talbiseh y Teir Maaleh.
Horas antes, un activista de los derechos humanos dijo que tropas sirias bombardearon con fuego de artillería un pueblo en el sur del país y que al menos ocho personas murieron en el ataque, entre ellos una niña de 11 años.
Mustafá Osso dijo que los soldados tomaron el control del pueblo de Hirak en el sur del país, que está cerca de la ciudad de Dará, donde empezaron las protestas en contra del régimen autocrático de Assad a mediados de marzo.
El activista dijo que ocho personas murieron en los pasados dos días cuando el ejército empezó el ataque con tanques y artillería.
OTAN SE QUEDA 90 DÍAS MÁS EN LIBIA
Por su parte, la OTAN y sus aliados en la campaña militar para proteger a los civiles libios han decidido extender 90 días su misión, informó el jefe de la alianza.
"Esta decisión envía un claro mensaje al régimen de Muammar Gaddafi: estamos determinados a continuar nuestra operación para proteger al pueblo de Libia", dijo el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Anders Fogh Rasmussen. Gadafi está tratando de resistir los ataques aéreos de la alianza y sofocar una rebelión de su propia gente.
Efe
Violencia en Yemen
Al menos 41 personas murieron ayer miércoles por fuego de artillería y batallas callejeras que ocurrieron durante la madrugada entre fuerzas del gobierno yemení y líderes tribales rivales en Saná, la capital del país, informaron autoridades médicas.
Testigos dijeron que además de los combates callejeros, unidades de la guardia presidencial atacaron con cañones la sede de una brigada responsable de resguardar instituciones gubernamentales sensibles. Oficiales del ejército que han desertado dicen que el gobierno sospechó del comandante de brigada que está a punto de unirse al movimiento para derrocar al presidente Alí Abdulá Salé.
Las autoridades médicas, que hablaron bajo condición de permanecer anónimas por temor a represalias, dijeron que 41 personas fallecieron, entre ellos combatientes de ambos lados.