"Andrés Manuel López Obrador pretende se establezcan en forma precisa los derechos y obligaciones de los precandidatos únicos. Lo procedente es remitir
El escrito... al IFE."
Tribunal Electoral
Cómo estará de mal la ley electoral que el IFE y el Trife se la tiran entre sí para que el otro se responsabilice de su interpretación. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación interpretó un caso llegado de Yucatán en el sentido de que los candidatos únicos no pueden pedir el voto de los ciudadanos, sólo pueden hacer presentaciones ante miembros o simpatizantes de sus partidos y no pueden aparecer en espacios oficiales de radio y televisión.
Si bien ofreció así su interpretación de la confusa ley electoral de 2007, el Trife decidió mandar al IFE las sencillas preguntas que Andrés Manuel López Obrador le hizo para definir específicamente qué puede o no hacer un precandidato único. En otras palabras, el Tribunal remitió al IFE su interpretación para que el IFE la interpretara.
El IFE se quejó, pero interpretó. Decidió, al contrario de lo establecido por el Tribunal, que los precandidatos sí pueden tener mítines políticos abiertos: no tendrán que pedir credencial de militancia en la entrada. Ratificó, por otra parte, la prohibición al uso de nombres e imágenes de los precandidatos en la propaganda en radio y televisión de sus partidos (a pesar de que el PT lo ha hecho durante años con AMLO). Ahora habrá que enviar la interpretación del IFE al Trife para que éste decida si la interpretación del IFE corresponde a su interpretación original.
Con esta tortuosa burocracia se está definiendo un sistema inequitativo que pone mordaza a los precandidatos únicos mientras da rienda suelta a los precandidatos que compiten con otros. ¿O acaso alguien piensa que poner la frase "Propaganda dirigida a miembros del PAN" al final de los anuncios hará que la gente borre de su memoria el anuncio que acaba de escuchar? La verdad es que el sistema genera un incentivo perverso para que los partidos tengan siempre cuando menos dos precandidatos, aun cuando uno sea un 'Juanito'.
López Obrador tiene razón cuando señala que la ley, tal y como ha sido interpretada, lo perjudica a él. El precandidato único del PRD se encuentra en tercer lugar en las encuestas y necesita presencia en medios y mítines para remontar la desventaja. Tres de sus rivales, los panistas, llevan a cabo presentaciones públicas y se benefician de una presencia en radio y televisión, que ciertamente no se limita a los miembros de sus partidos.
Enrique Peña Nieto, candidato único del PRI e igualmente amordazado, está en primer lugar en las encuestas y ha tenido una estrategia distinta a la de López Obrador. Hasta ahora el exgobernador mexiquense estaba interesado en no cometer errores como el de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y había decidido mantenerse fuera de la atención pública en la precampaña. Ayer, sin embargo, no tuvo más opción que anunciar que abrirá, como los demás, sus presentaciones de campaña.
Lo importante es que una ley electoral que se ha llenado de restricciones para supuestamente promover la equidad ha tenido el resultado opuesto. La legislación ayuda a algunos y castiga a otros. En la actual precampaña, el lastimado es López Obrador, pero el tabasqueño no tiene derecho a quejarse ya que todos los senadores y la mayoría de los diputados del PRD aprobaron la ley y la celebraron como un triunfo.
Mucho más justo sería, por supuesto, un sistema en el que todos los ciudadanos pudieran participar libremente. Pero la equidad es algo que no entienden muy bien nuestros legisladores. Y la libertad, por supuesto, es un concepto que les es totalmente ajeno.
No sorprende que la lideresa Carmen Olmedo dé dinero al director de servicios públicos de Naucalpan, Miguel Ángel Velásquez. El ambulantaje es fundamentalmente la privatización de los espacios públicos. Alguien siempre paga y alguien vende ese espacio público.
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