Admite que ahora su prioridad es la pelea de 'Julito' por el título.
Su rostro luce renovado, en su mirada se nota el brillo de la felicidad, el buen humor le brota en cada poro de la piel y su figura luce esbelta. Esa es la nueva imagen del ya legendario Julio César Chávez González, quien estuvo de paso en el Distrito Federal para realizar una campaña publicitaria.
Entonces, la pregunta fue directa para JC, como un gancho al hígado:
—¿Cómo te sientes por tu ya más cercano ingreso al Salón de la Fama (en Canastota, Nueva York)?
Pero la experiencia lo hizo soportar el castigo y lanzar un potente derechazo a la mandíbula:
—Pin... Salón de la Fama… Bueno, la verdad sí me da mucho gusto, pero siendo honesto estoy más emocionado por la pelea que sostendrá mi hijo el próximo 4 de julio, por el título medio ante el alemán Sebastian Zbik, y si gana, ya está firmada para septiembre una pelea contra Miguel Cotto.
El llamado César del Boxeo no desea robarle el momento de gloria a su primogénito. “Yo ya hice lo mío y Julio apenas comienza. Lo veo bastante motivado, con deseos de ganar, bien metido en su trabajo, como jamás lo había visto”.
Por eso se siente feliz de que JC Jr., junto con Omar, su otro hijo peleador, estén trabajando al lado de Freddie Roach. “Ustedes lo verán, los dos han mejorado mucho, gracias a Roach, un buen hombre, que siempre me admiró como peleador y que ahora, rumbo a la pelea más importante de Julio, me ha invitado a formar parte del equipo, para corregir algunos detalles a mi hijo”.
Entre esos detalles está el que el Junior no se quede en las cuerdas o al centro del ring con los brazos arriba, porque recibe mucho castigo “la meta es que mueva más la cintura, que su golpeo sea más frecuente, que en lugar de tirar cinco golpes lance 10 y se salga, que perfeccione el doble gancho de izquierda al hígado y mandíbula”.
Como si sus palabras fueran golpes, Julio no paró. “No puedo asegurar que mi hijo va a ganar y menos por nocaut, porque en el ring todo puede pasar, pero sí estoy seguro de que ha hecho una excelente preparación, y con mi ayuda, vamos a ir por todo”.
Julio César fue tajante al afirmar que “esa noche estaré a su lado, pues es la pelea más importante de su carrera”.
Para acabar con la batalla (entrevista), Chávez lanzó un potente derechazo al plexus, cuando se le preguntó sobre un posible combate contra Saúl Canelo Álvarez. “Se habla mucho de ese combate, pero definitivamente El Canelo no es peleador para mi hijo, pero si hay buen dinero, la pelea se hará”.
