Mal panorama se presenta para el deporte coahuilense en los próximos años, tal vez mucho más complicado que lo vivido hasta ahora, lo cual ya de por sí resulta lamentable, y es que las cifras de deuda pública que se manejan son realmente escandalosas, lo que inevitablemente pegará a todos los habitantes de la entidad.
En el deporte, como suele ocurrir, todas las crisis de este tipo terminan reflejándose, al ser un renglón no prioritario para la administración pública, y por lo tanto de los más sacrificados cuando hay necesidad de hacer recortes al gasto.
En los últimos años, el sector deportivo ha resentido la falta de atención y de ello pueden dar cuenta sus propios exponentes, quienes van de puerta en puerta 'limosneando' los apoyos que les permitan desarrollar sus actividades para hacer frente a los compromisos y poder así representar a sus municipios y entidad en las competencias del deporte federado.
Dichos apoyos son logrados en ocasiones a cuentagotas, aunque en la mayoría de las veces el deportista se queda con las manos vacías, siendo los padres de familia y en ocasiones la Iniciativa Privada los que tienen que salir al quite para poder cumplir.
Las noticias del endeudamiento público de Coahuila, que aparentemente ascienden a más de tres decenas de miles de millones de pesos, deben encender los focos rojos en el sector deportivo, donde sus directivos tendrán que pelear con toda anticipación sus partidas en el presupuesto, a fin de garantizar una buena atención y desarrollo de esta área.
Es un hecho que la economía estatal entrará en un estado de recesión preocupante y que el deporte lo resentirá, más aún si sus representantes no hacen algo a tiempo para evitarlo.
Dentro de las medidas que definitivamente deberán adoptarse está el adelgazamiento de las nóminas del instituto estatal y direcciones municipales, donde se tiene un importante exceso de personal, debido a la presencia de los llamados "aviadores'', quienes chupan gran porcentaje del presupuesto que debería destinarse a obras de infraestructura, desarrollo de programas de deporte social y alto rendimiento, así como el deporte estudiantil.
De igual forma, deberá aplicarse un estricto control en lo relacionado a la forma de gastar los recursos disponibles y en lo que se captan por entradas y rentas de espacios públicos destinados al deporte, donde suele haber importantes fugas, que se reflejan en el pésimo servicio ofrecido a los usuarios.
El sector deportivo tiene la palabra.
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